Cada día que pasa voy observando,
en el profundo cauce de las miradas,
los ojos tristes de un niño sólo,
que con su cara sucia ya va cargando,
a su hermano menor como caballito,
y descalzo quema sus pies vereda arriba.
Como sucio es el negro de las miradas,
que indiferentes corren rabias adentro,
en medio tráfico incandescente,
y van quemando llanta para avanzar un puesto,
en esa larga fila que va muy lento,
muy lento siempre, siempre al infierno.
Indiferentes de todo lo que pasa a su alrrededor,
inadvertidos suben niño y jinete.
Eduardo Larrea Martínez
2 de diciembre 2011
Doc! ¿Alguna vez ha llorado por verles a estos pedazitos del mundo mirándole a sus ojos? Yo si.
ResponderEliminarY mi madre también.
Pero el trafico enublese los ojos y el corazon de casi todos.
¿ o sera q es mas facil ya no ver?
es complicado, la respuesta seria comprometerse creo yo! en estos tiempos no muchas personas lo hacen.
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