miércoles, 28 de diciembre de 2011

FUTBOL (I)

Siempre me gustó el futbol. De niño quería ser futbolista y médico. Soy médico. Siempre  lo practiqué. Jugaba de cinco , y después de marcador de punta derecho. Apasionado. Hacendoso. Si no gordito, empacadito. Y daba hasta la última gota de sudor. Me faltaban, pequeño detalle, condiciones y habilidad. Y gran detalle, también me faltaba ( y me falta, y creo que me faltará) espíritu de competitividad. Creo que en la vida hay que ser competente. Pero no competitivo. Me divertí, jugué, gané, empaté y perdí. Todo me da igual. Porque me divertí. sin tener que patear o pelearme con nadie. Esto, ahora lo veo, no lo apreciaban ni mi entrenador, ni mis compañeros de equipo. Pero como amigos , me conocían, y aunque sabían que no era una carta de triunfo, eran mis amigos, y nos divertimos sin otro afán.
He sido dotado de muy buena memoria, y no soy resentido, ni rencoroso. Por lo que he gozado de mis recuerdos. Y no he perdido el tiempo, guardando pesares.
Hincha de la Liga, y mascota en el estadio del arbolito, viví los albores de lo que bien llamaron fútbol no amateur, en vez de ponerle el membrete de profesional. El estadio era un deleite dominical que compartí frecuentemente con mi padre. La Liga era el equipo de la Universidad Central, donde él estudió y después , yo estudié.
Habia el Argentina. Después Deportivo Quito. Representaba un grupo que vivía en el centro. Como en la Plaza del Teatro, estaba el Control Número uno de los carros de plaza, ahora taxis. Me imagino que por eso les dicen taxistas. Y medio peyorativamente , como si manejar un taxi, fuera algo jerárquicamente menor, como si trabajar fuera denigrante. Y no ser rico, un pecado. Otra vez aparece la falta de competitividad.
Claro que quiero que la Liga gane, pero en el fútbol hay empates y derrotas también. Si juegan y ganan, y es un buen partido, suficiente.El Aucas , huérfano de la Shell, era un recuerdo glorioso. Cada vez más recuerdo y menos glorioso. Pero quién no le puede querer al Aucas?El Nacional, los puros criollos. Juegan desde el 63 y el 64 son vicecampeones, abajo del Quito. Cómo no admirar a esos atletas negros, grandes deportistas,  esa   muralla formda por Horacio Prado, Roosevelt Castillo, Eulogio Quintero y Atilio Alcívar. También jugó el Dr. Clemente Rodríguez, marcando esa punta. Recuerdo a un arquero Bautista. Antes de Fernando " el gato" Maldonado.No era muy bueno, pero me caía muy bien, Bautista. Maldonado era muy bueno pero no me caía muy bien. Luis Gonzalo Benavidez, Marcelo Vicente Cabezas, adelante Simón Bolívar Rangel..
Otro equipo era el América. Del barrio América. Caudillo, el Cabezón Echeverría.
El España. De la Floresta: Después Politécnico. César Farah, portero de la Escuela Politécnica, y portero del Politécnico. Edison Paucar. Los " loros" Almeida, punteros, derecho el uno e izquierdo el otro. Un paraguayo: Benito Galeano.Desde el 65 la Universidad Católica.  . Chiriboga, Ramiro Tobar, Pico Terán, Cristobal Mantilla, Agustín Cruz, Publio Luque.
El estadio era pequeño, pero como yo era pequeñísimo, me parecía enorme. Recuerdo un marcador, y un reloj. Los colores del frontón eran azul marino y anaranjado intenso,
Vendían cerveza Victoria y gaseosas Orangine. La "turbia" era de naranja y me encantaba. Sin embargo, aunque me acuerdo con impresión de los jugadores calentando en unos jardines a la entrada del recinto, ahí cerquita, de carne y hueso. No logro recordar el arbolito, que se enraizó y creció en el graderío occidental.
Había tres categorías , tal vez cuatro , de espectadores. Los normales ,que ibamos a las gradas, los intelectuales que veían sin pagar desde el segundo piso de la Casa de la Cultura, y el pueblo que se encaramaba en las partes más altas de los árboles del Parque de Mayo, más conocido como el Ejido.
El cuarto y más pequeño grupo, veían el fútbol desde las azoteas de las casas más altas de la 12 de Octubre.
Después el estadio se fue muriendo. De día entrenaba en la cancha cada vez más destruída , el América. De noche era el garage de los carros recolectores de Basura municipales.
Nos fuimos al Norte. Al Olímpico.

2 comentarios:

  1. Me acuerdo cuando mi hermano José Vicente me llevaba al estadio del arbolito. Me impuso ser hincha del Aucas, lo cual me alegra y aprecio hasta ahora. Me libró de la muerte blanca...

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  2. Pablo De La Torre M.1 de marzo de 2013, 15:41

    Yo no alcancé a ver fútbol en el Arbolito mi querido Doc.... me acuerdo de la fachada que quedó como "la Casa del futbolista". Pero si llegue a la turbia Orangine!!!!

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