¡A qué partidos llamamos clásicos?. A tantos, que hemos tenido que llegar al hipérbole de los
SUPERclásicos , de los clásicos nacionales, de los clásicos interandinos, y otros que rayan en
lo estrafalario, como "El clásico del orden" entre El Nacional (Militares) y Espoli (Policias),
"el clásico del pueblo" (?) entre Aucas Y Deportivo Quito, "clásico universitario " entre LDUQ
y Universidad Católica. Como en el Box , ahora venido a menos , opacado por formas más agresivas
de lastimarse entre dos personas en nombre del deporte, que en la segunda mitad del siglo XX,
hubo tantas "peleas del Siglo" que acabaron haciendo falta siglos.
Pero hay uno que quiero destacar, por sus valores en vías de extinción, una rivalidad estrictamente
deportiva entre el Aucas y la Liga. Hace poco se dió el último. Aucas le ganó a la Liga por 3 a 2.
Pero en un estadio pequeño, en el Sur de la ciudad, era eso, sólo un apasionante partido de fútbol,
que recordaba el amor al camiseta y al deporte puros (Amador o AMATEUR). Las hinchada gozaban
y celebrababan las incidencias por ellas, y no para minimizar al rival. No es considerado un partido
de "riesgo". No separan a las hinchadas que departen fraternalmente. No hay violencia sino goze
familiar. Y al final las barras bravas no se ponen bravas. Y cuando suena el pitazo final. Los del
Aucas salen felices por el espectáculo , y porque ganó su equipo. Y el rival sale contento por el es-
pectáculo y porque ganó el que más goles metió. Sin grescas, sin expulsados.
Lo triste es que ver eso ya está lejos de ser clásico y cerca de ser un comportamiento excepcional y raro.
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