viernes, 1 de julio de 2016

PUNTO DE INFLEXIÓN

Yo tengo una perrita.

Ayer al llegar del trabajo ella me recibió afectuosamente, como siempre. Subí las escaleras y vi que

mi hijo dormía, exhausto.

Bajé a la cocina, le preparé la comida a la mascota, y mientras ella se alimentaba  con fruición, y para

hacer tiempo, lavé, sequé y guardé unos platos que estaban en el lavadero. Oí un tic-tac, tic-tac, y vi

que el "timer" estaba activado para 25 minutos. No había nadie más en la casa.

Me pregunté si alguien más, podría haberlo activado. Nadie, pensé. A lo mejor está dañado o es ca-

prichoso. Le puse el arnés a mi perra y la saqué a pasear, intrigado, de que pasaría cuando la campa-

nilla o timbre, suenen. Será el final de qué? De un período? de la vida? Sin recelo, sin miedo

sólo con curiosidad. Desde luego , no pasó nada. Paseé a la perrita unos cuarenta y cinco minutos,

y al volver, encontré a mi hijo despierto. Negó haber activado nada. Prendí la televisión. La apagué.


Leí algún párrafo de un libro. Apagué la luz y me dormí.

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