sábado, 30 de julio de 2016

NOTA LUCTUOSA

Ayer por la mañana , prendí el radio del automóvil, y el Dr. Pepe Granizo, hablaba con tristeza

solemne de la muerte , la noche anterior, de su colega periodista deportivo Luis Paredes.

Falleció por una complicación de su Diabetes Mellitus, en forma súbita. Refería que había

estado con el el domingo anterior, en el Estadio de Liga , cuando fue a comentar el partido de

LDU contra Fuerza Amarilla (la " banana mecánica" ), equipo de El Oro.

Pepe granizo estaba impresionado. Lo vió el domingo, y conversó con Luis, y desde ayer, no podría

hablar con él, ni verlo, porque esta muerto.No sé si a todos, ante estas experiencias cuotidianas, nos

impresiona más la muerto del interlocutor, e el amedrentador aviso de lo cerca que estamos de

nuestro propio final, tan cierto, y tan difícil de aceptar.

Luis Paredes nació en Quito a fines de los 40 en Quito, San Juan. Se graduó de maestro normalista

y lo enviaron como profesor unidocente, UNIDOCENTE ERA LA ESCUELITA en mitad de la nada,

en mitad de la provincia de Esmeraldas en el año 64 o 65. Tuvo miedo. Entró a la Universidad

Central del Ecuador, dando examen de Ingreso, después de aprobar cuatro materias e igualarse como

Bachiller, y estudió Ciencias de la Información.Graduado ya de periodista, entró a trabajar  en Radio

Tarqui. Hacía de todo. Después de un tiempo de esa conscripción y ayudándole a la sra. Leiva de

Herdoíza, llegó a a agarrar un micrófono para leer algunas de las "Notas Luctuosas", obituaros

contratados a la Radio. Esto le dió su primera oportunidad de hablar a través del micrófono,

Como preámbulo sonaban dramáticas notas corales la Misa Criolla de Ariel Ramirez, cantada

por Los Fronterizos, "Señor! Ten piedad de nosotros. De ahí el nombre de este blog.

Nota Luctuosa.

Lo conocí en el Julio Cesar Hidalgo, el coliseo cerrado del Centro de Quito, comentando con

Carlos Efraín Machado un partido de Baby-fútbol. Yo tenía 12 años y el tendría entre de 22 y 26.

Tal vez por la juventud de sus inicios lo apodaron Luis "bambino" Paredes, o Lucho "baby" Paredes.

Yo sólo lo miraba a unos 10 metros, pensando que las voces mágicas que emitía la Radio, era de

aquellos seres de carne y hueso. Cuando mueran serán polvo y cenizas.

Lo oí muchos años en varias radioemisoras.

Lo volví a ver cundo yo aompañaba los sábados de mañana a mi hijo Juan Sebastián al Atahualpa

a seguir las aventuras y desventuras de la Universidad Católica el "B".Esto era en el 2003.

Ahí compartimos cuarenta y cinco minutos de anécdotas que deslumbraban a mi hijo, y a mi me

deslumbraba su suavidad tranquila y cariño honesto con que trataba a mi hijo.

Pienso que hubiera sido un buen profesor de niños. Era dulce y tenía paciencia.

Ya no está. Es una nota luctuosa. Un aviso. Un aviso de algo tan simple y nos cuesta tanto

aceptar. Mi hijo al enterarse, por mi de su muerte, se entristeció. Yo me entristecí. Después

pensé que se acabó su sufrimiento con la Diabetes. Y nos la simple dulzura que compartió. Balance

Positivo.



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