martes, 31 de diciembre de 2013

ILUSIONES PARA GOCE DEL CEREBRO


NO HAY MAÑANA

No habrá "Mañana" en el 2014. Nos dejó ayer. En ese cumplir del ciclo eterno de nacer, vivir, y morir.

Con su obediencia a las indicaciones de la naturaleza, nos ha dejado.

Pero como también era ese híbrido de perro, dragón, bondadoso y rabioso defensor de su familia , de mi

nariz que mordía sin lastimar, la lamía y gemía de lealtad ,  fue a cumplir su misión eterna de ese perrito

volador de la Historia Sin Fin.Falcor.

Mas en fin, como dijo Chico Buarque en toda la mitad de la obscura dictadura, Mañana ha de ser otro día.


lunes, 30 de diciembre de 2013

RARA BELLEZA

La amistad.

FV y el gallo Claudio

Cuando dos se quieren bien

de una legua se saludan.

Es que son una Bola de Corrientes

sábado, 28 de diciembre de 2013

SILENCIO

La gente que tiene que callar por el miedo

al abuso cobarde del dictador

que no tiene Dios ni Ley

es como un perro encadenado.

No temer al fanfarrón

al abusivo, al desacreditado dictador

es una acción

que hay que tomar sin dilación

martes, 24 de diciembre de 2013

UNA ACTRIZ FASCINANTE

No es una cara bonita sino profundamente interesante. Sus ojos tienen una expresividad azul y versatil.
Puede ir desde la alegría desenfada de una pelirroja enamorada de la vida en una comedia simpática como
"Vida Bandida", hasta una mirada tristemente azul en

el pedacito de "Babel", donde su belleza opaca a la de su co-protagonista Brad Pitt. Puede pasar de la frialdad de la Reina Elizabeth, poderosa y marmorea, en dos ocasiones, a una convincente y desmitificada Catherine Hepburn (Que ya le reperesentó un merecido Oscar como mejor actriz de reparto en "El Aviador")


 Desde una conmovedora e ingenua profesora en Notas de un escándalo, hasta un hada etérea, sabia y dulce  en la saga del Señor de los Anillos. Aparentemente le espera otro Oscar en su último rol de "Blue Jazmine" de Woody Allen, aunque esta australiana culta y centrada, universitaria inteligente , casada y madre de 3 hijos, vive alejada de la frivolidad de las marquesinas y de
los escándalos de la farándula y desde luego no está en carrera por premios y concursos.
A sus 44 años es una mujer bella y atractiva, talentosa y discreta, que casi por seguro garantizan la calidad
de una película que veamos. Junto a Rachel Weiss, Kate Winslow y Mónica Belluci han dejado en el pasado a las divas que acostumbramos a venerar por la voluptuosa majestad de la carne.

sábado, 21 de diciembre de 2013

NAVIDADES SINIESTRAS

Hay tantos estruendos de cornetas y fuegos de artificio, tantas guirnaldas de focos de colores, tantos pavos inocentes degollados y tantas angustias de plata para quedar bien por encima de nuestros recursos reales, que uno se pregunta si a alguien le queda un instante para darse cuenta de que semejante despelote es para celebrar el cumpleaños de un niño que nació hace dos mil años en una caballeriza de miseria, a poca distancia de donde había nacido, unos mil años antes, el rey David; 954 millones de cristianos creen que ese niño era Dios encarnado, pero mucho lo celebran como si en realidad no lo creyeran. Lo celebran además muchos millones que no lo han creído nunca, pero les gusta la parranda, y muchos otros que estarían dispuestos a voltear el mundo para que nadie lo siguiera creyendo. Sería interesante averiguar cuántos de ellos creen también en el fondo de su alma que la Navidad de ahora es una fiesta abominable. Y no se atreven a decirlo por un prejuicio que ya no es religioso sino social.

Lo más grave de todo es el desastre cultural que estas navidades pervertidas están causando en América Latina. Antes, cuando sólo teníamos costumbres heredadas de España, los pesebres domésticos eran prodigios de la imaginación familiar. El Niño Dios era más grande que el buey, las casitas encaramadas en las colinas eran más pequeñas que la virgen y nadie se fijaba en anacronismos: el paisaje de Belén era completado con un tren de cuerda, con un pato de peluche más grande que un león que nadaba en el espejo de la sala, o con un agente de tránsito que dirigía un rebaño de corderos en una esquina de Jerusalén. Encima de todo se ponía una estrella de papel dorado con una bombilla en el centro y un rayo de seda amarilla que había de indicar a los reyes magos el camino de salvación. El resultado era más bien feo, pero se parecía a nosotros y desde luego era mejor que tantos cuadros primitivos mal copiados del aduanero Rousseau.

La mistificación empezó con la costumbre de que los juguetes no los trajeran los reyes magos —como sucede en España con toda razón— sino el Niño Dios. Los niños nos acostábamos más temprano para que los regalos llegan pronto y éramos felices oyendo las mentiras poéticas de los adultos. Sin embargo, yo no tenía más de cinco años cuando alguien en mi casa decidió que ya era tiempo de revelarme la verdad. Fue una desilusión, no sólo porque yo creía de veras que era el Niño Dios quien traía los juguetes, sino también porque habría querido seguir creyéndolo. Además, por pura lógica de adulto, pensé entonces que los otros misterios católicos eran inventados por los padres para entretener a los niños y me quedé en el limbo. Aquel día —como decían los maestros jesuitas en la escuela primaria— perdería la inocencia. Pues descubrí que
tampoco a los niños los traían las cigüeñas de París, que es algo que todavía me gustaría seguir creyendo para pensar más en el amor y menos en la píldora.

Todo aquello cambió en los últimos treinta años, mediante una operación comercial de proporciones mundiales que es al mismo tiempo una desgastadora agresión cultural. El Niño Dios fue destronado por el Santa Claus de los gringos y los ingleses, que es el mismo Papá Noel de los franceses, y a quienes conocemos demasiado. Nos llegó con todo: el trineo tirado por un alce y el abeto cargado de juguetes bajo una fantástica tempestad de nieve. En realidad, este usurpador de nariz de cervecero no es otro que el buen San Nicolás, un santo al que yo quiero mucho porque es el de mi abuelo el coronel, pero que no tiene nada que ver con la Navidad, y mucho menos con la Nochebuena tropical de América Latina. En la leyenda nórdica, San Nicolás construyó y revivió a varios escolares que un oso había descuartizado en la nieve y por eso le proclamaron el patrón de los niños. Pero su fiesta se celebra el 6 de diciembre y no el 25. La leyenda se volvió institucional en las provincias germánicas del norte a fines del siglo XVIII, junto con el árbol de los juguetes, y hace poco más de cien años pasó a Gran Bretaña y a Francia.

Luego pasó a Estados Unidos y éstos nos lo mandaron para América Latina, con toda una cultura de contrabando: la nieve artificial, las candilejas de colores, el pavo relleno y estos quince días de consumismo frenético a los que muy pocos nos atrevemos a escapar. Con todo, tal vez lo más siniestro de estas navidades de consumo sea la estética miserable que trajeron consigo: esas tarjetas postales indigentes, esas ristras de foquitos de colores, esas campanitas de vidrio, esas coronas de muérdago colgadas en el umbral, esas canciones de retrasados mentales que son los villancicos traducidos del inglés, y tantas otras estupideces gloriosas, para las cuales ni siquiera valía la pena haber inventado la electricidad.

Todo eso, en torno a la fiesta más espantosa del año. Una noche infernal en que los niños no pueden dormir con la casa llena de borrachos que se equivocaron de puerta buscando donde desaguar, o persiguiendo a la esposa de otro que acaso tuvo la buena suerte de quedarse dormido en la sala: no es una noche de paz y de amor, sino todo lo contrario: es la ocasión solemne de la gente que no se quiere. La oportunidad prudencial de salir por fin de los compromisos aplazados por indeseables: la invitación al pobre ciego que nadie invita, a la prima Isabel que se quedó viuda hace 15 años, a la abuela paralítica que nadie se atreve a mostrar. Es la alegría por decreto, el cariño por lástima, el momento de regalar porque nos regalan o para que nos regalen, y de llorar en público sin dar explicaciones. Es la hora feliz de que los invitados se beban todo lo que sobró de la Navidad anterior: la crema de menta, el licor de chocolate, el vino de plátano.

No es raro, como sucede a menudo, que la fiesta termine a tiros. Ni es raro tampoco que los niños —viendo tantas cosas atroces— terminen por creer de veras que el Niño Jesús no nació en Belén sino en los Estados Unidos.

Gabriel García Márquez

Nació en Aracataca (Magdalena). En 1947 inició estudios de derecho en la Universidad Nacional en Bogotá y ese mismo año, en el periódico ‘El Espectador’, publicó su primer cuento. En 1948 se trasladó a Cartagena y empezó a trabajar como periodista en el diario Universal. Su primera novela, ‘La Hojarasca’, fue publicada en 1955. En 1967 después de tres novelas más, publicó su exitosa obra ‘Cien años de soledad’. En 1982 obtuvo el Premio Nobel de Literatura. Entre 1980 y
1984 publicó una exitosa columna en ‘El Espectador’.

AUGUSTO BARRERA : UN ALCALDE VIRTUAL

Calles adelgazadas

por ciclovÍas desocupadas

avenidas atiborradas

en 3D refaccionadas.

Un aeropuerto alejado

por vías inexistentes

un terminal terminado

y otras obras inauguradas

con fiestas estridentes

una alcaldía tan falsa,

como la sonrisa

de un burgomaestre

esbirro hasta los dientes,

que muestra este hombre malo de ojos pequeños

de presente inexistente

y de futuro inaparente,

que nos dejará el peor de los recuerdos.

sábado, 14 de diciembre de 2013

VIERNES NEGRO

En un principio creí que se trataba de una película de terror. Después supe que era la promoción  del remanente de mercancía que quedaba en bodega y se sacaba a la venta con descuentos para pasar en la contabilidad los números de rojo a negro, a través de lo que se llamaría "liquidación de remanentes". Pero no pudieron escoger un símil mejor que "Viernes Negro", pues pinta con espeluznante crudeza la realidad del consumo como una necesidad de "calentar" la economía, a través de la adquisición de bienes de consumo. Es una blasfemia contra el espíritu solidario como base del cristianismo como ideología. Pero a quien le importa. Hoy el dinero plástico de las tarjetas de crédito se vuelven un anzuelo para atiborramos de objetos que no necesitamos, y a través de esa adquisición nos llenamos de aparatos electrónicos, juegos de videos, pantallas planas gigantescas de cristal líquido o de emisión de pixeles de alta definición, de equipos de sonido sofisticados, de teléfonos móviles listos o astutos ( smartphones) que realmente son superfluas cosas que no necesitamos. Entonces la gente se pone frenética, el tráfico congestionado, y el comportamiento aberrante, mientras los desposeídos arriman la nariz a las vitrinas para envidiar a quienes pueden endeudarse para comprar cosas que no necesitan, y que se convertirán en deudas angustiantes para
desarreglarnos los presupuestos del año que viene, pues no hay plazo que no se cumpla y deuda que no se cobre y que acabará siendo pagada.El niño Dios,  bien gracias. Y los pastores? A la mierda,  que se acabó la navidad

viernes, 6 de diciembre de 2013

MADIBA

Ha muerto un hombre que iba en contravía. Practicaba la tolerancia.  ( Comportamiento en vías de extinción
por otra parte ). Desterró el odio que alimenta la revancha, dadas las penurias inhumanas que tuvo que sufrir

privado de libertad, sometido a torturas y trabajos forzados, por 27 años. Y en vez de poner la otra mejilla,

supo extender la mano y sellar acuerdos, acercando dos posturas antagónicas , practicamente irreconcilia-

bles, ganar un liderazgo democraticamente y devolviendo un rayo de esperanza para una humanidad que día

a día trabaja con ahínco, cavando su propia fosa, en una constante paranoia. Que no sea la última

esperanza.

sábado, 30 de noviembre de 2013

CEAACES


REIR LLORANDO : ES LA DEPRESION LA PANDEMIA ACTUAL?

De Juan José Pezota:


Viendo a Garrik —actor de la Inglaterra—
el pueblo al aplaudirlo le decía:
«Eres el más gracioso de la tierra
y el más feliz...»
                                 Y el cómico reía.
Víctimas del spleen, los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.
Una vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
«Sufro —le dijo—, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.
»Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única ilusión, la de la muerte».

—Viajad y os distraeréis.
                                              — ¡Tanto he viajado!
—Las lecturas buscad.
                                          —¡Tanto he leído!
—Que os ame una mujer.
                                                —¡Si soy amado!
—¡Un título adquirid!
                                      —¡Noble he nacido!
—¿Pobre seréis quizá?
                                          —Tengo riquezas
—¿De lisonjas gustáis?
                                          —¡Tantas escucho!
—¿Que tenéis de familia?
                                              —Mis tristezas
—¿Vais a los cementerios?
                                                —Mucho... mucho...
—¿De vuestra vida actual, tenéis testigos?
—Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.
—Me deja —agrega el médico— perplejo
vuestro mal y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrik, podréis curaros.
—¿A Garrik?
                        —Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquél que lo ve, muere de risa:
tiene una gracia artística asombrosa.
—¿Y a mí, me hará reír?
                                              —¡Ah!, sí, os lo juro,
él sí y nadie más que él; mas... ¿qué os inquieta?
—Así —dijo el enfermo— no me curo;
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.
                        * * *
¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!
¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora,
el alma gime cuando el rostro ríe!
Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma,
un relámpago triste: la sonrisa.
El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.

viernes, 22 de noviembre de 2013

LA BALA MAGICA

Hace 50 años, un día como hoy , a las 12:30 p m ,hora de Dallas, (Todo según la fantástica Comisión Warren: más fantásticos sus delegados, como Allan Dulley, Ex- director de la CIA y probable ejecutora de la probable conspiración, juez y parte, entonces, Gerald Ford y otros conspicuos personajes) determinó que el homicidio fue cometido por un asesino solitario, Lee Harvey Oswald. Es que tenía balas mágicas en su 30-30 y a la velocidad del rayo disparó una contra el semáforo, una que impactó en en el músculo trapecio, otra que dió en el asfalto , rebotó en el adoquinado ,e hirió a un espectador, otra que hirió al Gobernador
Conally en el brazo derecho y saltó a la pierna izquierda, otra que dió un giro a lo Boomerang y entró por la parte anterior del cuello del presidente y otra que también ,disparada desde atrás, giró, entró por la sien derecha y explotó el craneo del extinto, entre el parietal y el occipital, pedazo de craneo con restos de masa encefálica, que Jacckeline Kennedy recogió sobre la parte posterior de la limosina. (ver fotografía).
Carlos Alberto Montaner no duda de que fue Castro. No soy idiota como para tragarme esa patraña.

viernes, 8 de noviembre de 2013

PARABOLA


 De Don Antonio Machado















I

Era un niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.
Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía...
¡Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!
Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
el caballito soñado
y el caballo de verdad.
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!

EL DIA DE LOS DIFUNTOS


DE JOAN MANUEL SERRAT










Si la muerte pisa mi huerto
 ¿quién firmará que he muerto
 de muerte natural?

 ¿Quién lo voceará en mi pueblo?
 ¿quién pondrá un lazo negro
 al entreabierto portal?

 ¿Quién será ese buen amigo
 que morirá conmigo,
 aunque sea un tanto así?

 ¿Quién mentirá un padrenuestro
 y a rey muerto, rey puesto...
 pensará para sí?

 ¿Quién cuidará de mi perro?
 ¿quién pagará mi entierro
 y una cruz de metal?

 ¿Cuál de todos mis amores
 ha de comprar las flores
 para mi funeral?

 ¿Quién vaciará mis bolsillos?
 ¿quién liquidará mis deudas?
 A saber...

 ¿Quién pondrá fin a mi diario
 al caer
 la última hoja en mi calendario?

 ¿Quién me hablará entre sollozos?
 ¿quién besará mis ojos
 para darles la luz?

 ¿Quién rezará a mi memoria,
 Dios lo tenga en su Gloria,
 y brindará a mi salud?

 ¿Y quién hará pan de mi trigo?
 ¿quién se pondrá mi abrigo
 el próximo diciembre?

 ¿Y quién será el nuevo dueño
 de mi casa y mis sueños
 y mi sillón de mimbre?

 ¿Quién me abrirá los cajones?
 ¿quién leerá mis canciones
 con morboso placer?

 ¿Quién se acostará en mi cama,
 se pondrá mi pijama
 y mantendrá a mi mujer,

 y me traerá un crisantemo
 el primero de noviembre?
 A saber...

 ¿Quién pondrá fin a mi diario
 al caer
 la última hoja en mi calendario?

sábado, 26 de octubre de 2013

LA LEY DE COMUNICACIÖN Y EL AMOR A LA LIBERTAD

Aunque es un efectivo método de sometimiento, el miedo y la imposición, la amenaza y el abuso tienen vida

muy corta y son un modo primitivo y despreciable de saqueo del pensamiento ajeno, de la tolerancia, del

respeto, del derecho a disentir, y son además el escudo de los cobardes , el epítome del abuso y la

involución en una de sus formas más despreciables.

Arma de tiranuelos incapaces, de cuatreros de la verdad. Incompatibles con la dignidad y la civilización.

Aunque esto parezca ( o sea ) muy adjetivado, la ley y su espíritu son peores en el fondo y en la forma.

Se acuerdan del "Linchamiento mediático"?

CIERTAS GENTILEZAS DE LA MUERTE

A pesar de que es un estigma que marca  a hierro al rojo, el miedo y la incertidumbre de lo que nos depara

el fin de  la existencia, la muerte en si es una certidumbre ineludible.

Parafraseando los conocidos versos de Borges:

"Y sin embargo me duele,

decirle adiós al vida,

esa cosa tan de siempre,

tan dulce, tan conocida".

Debemos pensar que el verdadero uso de razón, se da cuando reconocemos que nosotros vamos a morir.

Cuando tenemos 6 años , los de 20 nos parecen grandes y los de 40 viejos. Pero cuando tenemos 50 ,

los de 64 nos parecen jóvenes.

A pesar de la suma de todos los miedos y contradicciones que nos produce el inexorable desenlace de la vi-

da, considero que existen delicadezas y libertades que tal vez sean de agradecer.

La muerte de una persona en plenitud, más aun si es accidental, provocada por otros o por si mismos,

inesperadamente temprana , deja al personaje congelado en el tiempo, y lo libera de los vejámenes de la se-

nectud, de enfermedades degradantes y a veces hasta del juicio de la historia.

Son algunos ejemplos JFK, Matilyn Monroe (Norma Jean), Jimmy Hendrix, Benazir Bhuto, Jim Morrison,

Lord Byron, Simón Bolívar, el "Che" Guevara, Jaime Roldós y una lista larga.

Libera a los prisioneros del tedio y la depresión.

Evita los dolores de una enfermedad larga y desgastante, y nos deja con esa imagen detenida en el

apogeo de la vida.

Mi padre que era muy católico, creyente y buen cristiano, tenía pavor a morirse. Yo le preguntaba

como, con toda esa fe certera, no se liberaba de ese terror. Me explicó que la racionalidad que podía aliviar

esos temores se chocaba contra contra el instinto primigenio de la supervivencia, agravado con la con-

ciencia del "Yo". Fue muy sano hasta los 86. Pero el último año la edad le pasó factura con tres neumo-

nías graves de difícil convalecencia. Ahí le perdió  el miedo a la idea de morir.

En lo que a mi respecta, no pienso en ella, y cuando y me lleve, ya no me dejará aqui. Y es aquí donde

se quedarán los miedos.

miércoles, 23 de octubre de 2013

DANS D'PRES

Beligera

va pálido

va histérico,

cual si una furia incontenible lo controla.

Dios mío,

este extraño personaje,

se va a morir, se va  a morir,

se muere

de las iras.

martes, 1 de octubre de 2013

domingo, 29 de septiembre de 2013

DOS MOVIMIENTOS TECTONICOS

He vivido en estos meses dos intensos sismos. Causa efecto. Después de la muerte de mi madre me quedé huérfano.
Lo cual en la niñez es una conmovedora y ominosa sensación de terror , soledad y desprotección. 
Pero la vida es un fenómeno de movimiento indetenible.

Y con el paso del tiempo que la compone, se va formando una estructura que fluye incesante. El envejecimiento propio y ajeno parece darle una normalización y es como que las cosas caminan hacia donde deben estar , para continuar esa dinámica permanente.

Sin embargo la memoria ha marcado con fuego los afectos, los detalles, los cimientos que sentimos en nuestra cuotidianidad.

Los escenarios, las experiencias vividas , pasadas pero no olvidadas, nos remueven violéntamente la emoción. Con negros y blancos en una infinita gama de grises matizada.

Me he demorado meses en es reunir estas palabras y expresar ese sentir.

Me pude despedir de mi madre en forma natural, y serena. Pero vino la desmontada de 54 años de recuerdos al vaciar la casa. Como ir sacando uno a uno los pequeños azulejos de un enorme mural.

Cada cuarto, cada ventana, cada puerta, cada árbol, cada planta. Cada armario, cada cama.

Cada baño. Cada año , ir como ir deshojando el calendario. Parecen venir del momento en que aprendí a  acuñar el tiempo en días. Y este en momentos. Y debo reconocer que la mudanza la hizo casi toda, mi hermano.

Recuerdo una mañana, en que juntos en la bodega clasificando, guardando o abandonado, cada pequeño objeto, cada carta, de esas pequeñas cosas , que nos dejó un tiempo vivido, y a los que canta Serrat.

Sonó estruendoso el cerrarse del  último baul, lleno de cosas condenadas a quedarse presas ahí y desaparecer de la faz de la tierra.

Un domingo mi hermano pasó por la casa, y me contó que estaba semivacía , pero en pie, con sus viejas 
cortinas. Al día siguiente , derruyeron, demolieron, destruyeron, derrocaron la casa en 3 horas.
Pasé esa noche. Estaba ese monstruo de acero, esa enorme máquina .Negra y amarilla. con su enorme brazo metalico y sus mandíbulas destructoras.

Silenciosa. Pero no dormida. Y ví el jardín que de niño, me parecía una enorme cancha de fútbol, y cuando ampliaron la casa , Mi hermano y yo allá por el 64, prendíamos las luces del estudio de mi padre y las de la sala y nos trasladábamos a un campo iluminado en Quito, que no existiría hasta fines del 69 en el Atahualpa iluminado.
Inaugurado con ese partido en que Liga le ganó al Alhajuela por uno a cero con gol de  Schetina, con el graderío repleto y alucinado por la maravillosa luz eléctrica que conmovía a León Felipe.

Veía correr a mi perro Bobi , negro,manso y lleno de pelados producidos por el furioso picoteo del rabioso ganso Danilo, torturador de tercera categoría, que también tenía su espacio en esa pequeña arca de Noé, en el jardín de esa casa grande de barrio de clase media alta, conviviendo entre árboles de tomate de árbol, chamburos y duraznos que yo agarraba desde la ventana de mi cuarto.

Mi madre leyendo. Mi padre jugando carnaval y escribiendo. Gatos y gallinas.

Orquideas y un enorme tilo. Convertido en escombros polvorientos me llegaron al corazón, y me dolió la memoria.

Pasé después de una semana, y ya todo estaba guardado en mi pasado. Sólo las cosas no estaban. Porque así tenía que ser.

El otro golpe fue el deterioro de la salud de mi perrito Doc. Que no podía con su cuerpo.
Fue conmigo, confiado al veterinario para que le abrevie ese irreversible sufrir, y le quitó la vida. y su mirada triste, se fue opacando.
Enterré el cuerpo inerte. Con una parte mía.
Cuando vinieron a consolarme trayéndoma una cahorrita que era su nieta,  no sabía si aceptarla.
Lo hice y le puse de nombre "Duda", por mi vacilación. Pero me alegra. Crece y juega. Y aunque la alegría tenga 
un precio,  dado que todo tiene principio y fin, vale la pena pagarlo. Porque así tenía que ser. 
Recién ahora reuní fuerza y escribo esto. Porque asi tenía que ser.





viernes, 20 de septiembre de 2013

LA ILUSION DEL CAMBIO. MI JUVENTUD: HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.


Me atrevo a reproducir un artículo escrito por Roberto Aguilar, en los tiempos  en que yo creía que en Montecisti pondríamos una pica en Flandes, y una foto mía a los 22 años, en que soñaba que iríamos "Has-
ta la victoria siempre". Los sueños del Che acabaron a principios de Octubre del 67. Yo sigo viendo como mis sueños podrían convertirse en pesadilla. La vida es sueño y los sueños, sueños son.




viernes, 13 de septiembre de 2013

ANTES DEL 9/11 HUBO OTRO 9/11


EL 1 POR 1000 DEL YASUNI PARA SACAR A LOS POBRES DE LA POBREZA: LA REVOLUCION "CIUDADANA" AVANZA

http://elpais.com/elpais/2013/09/13/opinion/1379080806_679976.html

En los últimos días se hizo pública la noticia de que Ecuador recibió un préstamo chino por 1.200 millones de dólares en concepto de preventas petroleras. Este desembolso es solo uno más en una larga lista de créditos otorgados a Ecuador como adelantos por la venta de crudo. El total de los mismos ya supera los 8.000 millones de dólares.

Pero para comprender mejor esta historia es necesario volver en el tiempo a agosto de 2010, fecha en la que el Ministerio de Finanzas del Ecuador, la empresa pública de Hidrocarburos EP Petroecuador, Petrochina International Company Limited y el Banco de Desarrollo Chino (CDB) firmaron el llamado “acuerdo de cuatro partes”, a través del cual el CDB se compromete a prestarle al Ministerio de Finanzas un monto de 1.000 millones de dólares a un plazo de 4 años y a una tasa del 6.5% anual. Petroecuador, por su parte, se comprometía a venderle a China no menos de 36.000 barriles de crudo diarios a precios altamente castigados. El precio del crudo establecido para las operaciones, según se deriva de los propios contratos, se sitúa entre dos y tres dólares por debajo del precio de mercado.

Desde 2010 a la fecha Ecuador continuó firmando contratos bajo la misma modalidad con Petrochina y el CDB. Analistas estiman que hoy en día más de un 80% de las exportaciones totales de petróleo ecuatoriano se realizan con Petrochina. Esto significa que unos 252.000 barriles de petróleo diarios son vendidos a un precio inferior al del mercado, generando una pérdida que ronda los 230 millones de dólares al año.


Ecuador vende a China unos 252.000 barriles de diarios a un precio inferior al del mercado

Un informe de la Contraloría General del Estado del año 2012, el cual analiza solo dos de seis contratos ejecutados entre 2010 y 2011, concluye que Ecuador dejó de percibir más de 44 millones de dólares debido a una errónea negociación de precios. El perjuicio analizado en este informe podría llegar a los 100 millones de dólares si se proyecta hasta el fin de los contratos, y podría incrementarse aún más si se incorpora el análisis de los contratos posteriores. Sin embargo, al día de hoy, no se han abierto procesos legales contra los responsables de esta situación.

El mismo informe establece también que es difícil verificar si el petróleo vendido tiene como destino final refinerías chinas, o si el mismo es revendido a precios superiores en el mercado internacional. Sin embargo, diversos conocimientos de embarque muestran que en efecto, el petróleo vendido a Petrochina nunca llega dicho destino, si no que esta empresa, actuando en calidad de intermediario, revende dicho petróleo en destinos como Estados Unidos y Panamá a precios superiores.

Por otra parte, expertos en derecho financiero en Ecuador han remarcado que estos convenios poseen una cláusula que obliga al país a depositar los ingresos totales de la venta del petróleo a Petrochina como colateral por el pago de la deuda asumida por el Estado ecuatoriano, en una cuenta en el mismo CDB, a nombre de Petroecuador. El contrato de manejo de esta cuenta establece que el país renuncia a su inmunidad soberana y se somete al arbitraje de la Cámara de Comercio China para la resolución de cualquier disputa.


La débil economía ecuatoriana necesita una flujo creciente de dólares

Del mismo modo, Ecuador ha firmado una carta irrevocable a favor de Petrochina la cual establece que Ecuador acepta que ante cualquier incumplimiento en la entrega de petróleo, el comprador tiene el derecho de incautar cualquier petróleo ecuatoriano vendido a cualquier otra empresa, en cualquier parte del mundo.

Más grave aún, es que dentro de este contexto, Rafael Correa anunció que su gobierno comenzará a explotar las reservas petroleras del Yasuni-ITT. Estás reservas se encuentran situadas dentro de un espacio de diversidad ecológica considerado patrimonio de la humanidad. Correa justificó esta controvertida decisión diciendo que con esta iniciativa espera generar 18.000 millones de dólares los cuales utilizará para combatir la pobreza en la Amazonía.


 *

Pero la realidad es otra. La deteriorada situación fiscal del Ecuador hace necesaria una continuo flujo creciente de dólares para sostener la dolarización. Como Ecuador se encuentra prácticamente fuera de los mercados internacionales su única fuente de financiamiento son los créditos chinos. Pero como ya hipotecó con ellos gran parte de sus reservas petroleras, Correa no tuvo más opción que anunciar la explotación de estos campos para poder continuar el endeudamiento. Pan para hoy, hambre para mañana.


*Aclaración. El sapo verde no es Galo Mora, es una de las especies que vive en el Yasuní


sábado, 7 de septiembre de 2013

EL MUNDIAL DE FUTBOL

El primero que recuerdo es el del 66. Ya habíamos participado para el de Chile. Argentina nos ganó aqui

6 a 3 y allá 6 a 0. Fue en el sesenta. Recuerdo claramente la eliminatoria para el de Inglaterra. El 20 o 21 de

Julio le ganamos a Colombia 1 a 0 en Barranquilla. Creo que el arquero colombiano se apellidaba Aravena.

El hecho es que se armó una bronca entre la DiMayor y otro bando. Y la selección colombiana no era de

profesionales. Yo diría que la de acá tampoco. Gol de Washington Muñoz que le pegaba con efecto.

Aquí ganamos 2 a 0. Y creo que en Colombia tras la derrota con Chile por 7 a 2 en Santiago, las partes se

reconciliaron y volvieron los profesionales para ganarle a Chile 2 a 0 en Colombia. Cada ganancia daba

dos puntos y el empate uno. Con 2 puntos de ventaja nos enfrentamos a nuestra "bestia negra", Chile.

Creo que nuestro nivel les otorgaba a casi todos los equipos sudamericanos la calidad de "bestias negras".

Los uniformes eran con camisas de tela con botones. Zapatos de cuero. Balones de cuero con un "bleris"

o vejiga de caucho adentro, que se llenaba con una bomba de aire por un tubito, que se doblaba, se ama-

rraba con una piola

 y se metía a la fuerza por un ojal que tenía ese balón, cuyos pentágonos de cuero cosidos

a mano o con alguna máquina elemental. Se tapaba el ojal con un pedazo oval de cuero, que se metía

a pura fuerza y se llamaba "poncho". Eran blancos o amarillos.Si se mojaban o peor, enlodaban , se vol-

vían pesadísimos y cabecearlos era un trauma craneo encefálico. Pasábamos vacaciones en Cumbayá y no

había luz eléctrica. Oíamos el partido que se jugaba en Guayaquil, en un radio de pilas, con tanta estática,

que lo único que se discriminaba era el grito de gol. Cuando era gooooool era de Ecuador. Cuando era

de Chile apenás un luctuoso "gool". A los 19 minutos del primer tiempo, el Tanque Campos, un fornido

centrodelantero chileno chocó con nuestro arquero "el gato" Pablo Ansaldo.Este se fracturó 3 costillas

. Alguna lastimó el pumón y la cavidad torácica se iba llenando de sangre. Ansaldo , un émulo de Abdón

Calderón, no aceptó el cambio, por amor a la camiseta, que en su caso era un saco de lana. Oíamos

aquel sonido descifrando las palabras y comiendo pinol. Empatamos dos a dos. Luego perdimos 3 a 1

en Chile  y nos eliminaron en un partido definitorio extra que perdimos 2 a 1. Odiábamos a los

peruanos por la guerra de 1941, y estos odiaban a los chilenos por la guerra de 1879.

Después el 66 , yo en quinto grado de la Escuela Espejo comenzó y alguien llevó un radio de transistores,

pequeñito y negro en el sólo se oían ruidos, escuchados por los cincuenta alumnos con el Sr. Fortunato Ló-

pez López..Escuchamos con profunda atención por casi dos horas aquel ruido indescifrable, con una con-

centración digna de mejor causa, amontonados con el profesor alrrededor de aquella cajita negra. Al fin

dedujimos que Uruguay e Inglaterra empataron sin goles, porque  ninguno distinguió el grito de " gooooool"

ni de "gool".Exito sudamericano que nos lo hacíamos nuestro. Al fin ganó Inglaterra. Eran mundiales que

con 16 equipos. Yo era tan ingenuo que creía que se podía organizar  uno en Ecuador. Bastaban cuatro

estadios. El del Arbolito, el del Capwell, el Modelo y el Atahualpa. Además nosotros teniamos la radio

con la antena más alta del mundo. La HCJB. Se oía fuerte y claro en todo el mundo. Así es uno de niño.

Maravillosamente iluso. Después los del 70, 74 , 78. Ya en el 82 y en el 86 subieron a 24 equipos. Más

bulto y menos claridad. Creo que el del 90 eran 32. Malísimo. Puro empate. Puro penal. Y después ya

nada. 15 dias intoxicantes con tres y cuatro partidos por dia y los otros 15 con muerte súbita. Dinero si.

Fútbol no. Se me quitó el gusto por los mundiales. Ahora prefiero los campeonatos nacionales.

Cada día hay más tecnología y menos magia. Enormes pantallas de alta definición y ausencia de imaginación.

Mucho Blatter y poco encanto. Creo que preferiría los arqueros sin guantes y los jugadores con camisas. O

tal vez me estoy volviendo un viejo nostálgico. Pero estoy seguro que donde hay mucho dinero hay menos

corazon.








sábado, 31 de agosto de 2013

LECCION BASICA

Señor Presidente:

He escuchado con paciencia su sabatina de hoy.

Los sofismas repetidos, trillados y gastados.

El tono que usted pretende y cree que es  de agudo sarcasmo, pero en realidad es burdamente burlón.

La ligereza con que acusa,  resguardado  tras todo ese autoritarismo forjado que lo protege  y le permite

una impunidad indigna, desacredita, insulta, remeda,  injuria calumniosamente al que le viene en gana,

llegó al punto de su incidente con Jaime Guevara , que le hizo una mala seña.

Tiene razón al decir que no es admisible que un alumno le falte el respeto a su profesor, que un hijo le falte el

respeto a su padre. Pero como casi siempre se queda en la epidermis. Si un profesor irrespeta a un alumno,

qué le está enseñando? a irrespetar. Si un padre no respeta a su hijo, cómo lo está educando? Que valores

le transmite? Cuan corresponsable es de esa carencia de valores y civilidades?

Por si alguien no lo sabe, Jaime Guevara es abstemio y no consume substancias psicotrópicas.

Su beligerancia patológica provoca esas reacciones.

Y no todos le tenemos miedo. Ni a usted ni a su guardia pretoriana, nutrida por cierto.

Y mentir es un error.

Me permito darle una lección de vida que yo he aprendido y trato de practicar con rigor:

PARA SER RESPETABLE, HAY QUE SER RESPETUOSO.

martes, 27 de agosto de 2013

LOS GATOS : LOS AMAS O LOS ODIAS: A ELLOS NO LES IMPORTA

El gato que caminaba solo
 [Cuento infantil. Texto completo]
 Rudyard Kipling


Sucedieron estos hechos que voy a contarte, oh, querido mío, cuando los animales domésticos eran salvajes. El Perro era salvaje, como lo eran también el Caballo, la Vaca, la Oveja y el Cerdo, tan salvajes como pueda imaginarse, y vagaban por la húmeda y salvaje espesura en compañía de sus salvajes parientes; pero el más salvaje de todos los animales salvajes era el Gato. El Gato caminaba solo y no le importaba estar aquí o allá.  
También el Hombre era salvaje, claro está. Era terriblemente salvaje. No comenzó a domesticarse hasta que conoció a la Mujer y ella repudió su montaraz modo de vida. La Mujer escogió para dormir una bonita cueva sin humedades en lugar de un montón de hojas mojadas, y esparció arena limpia sobre el suelo, encendió un buen fuego de leña al fondo de la cueva y colgó una piel de Caballo Salvaje, con la cola hacia abajo, sobre la entrada; después dijo: 

-Límpiate los pies antes de entrar; de ahora en adelante tendremos un hogar. 

Esa noche, querido mío, comieron Cordero Salvaje asado sobre piedras calientes y sazonado con ajo y pimienta silvestres, y Pato Salvaje relleno de arroz silvestre, y alholva y cilantro silvestres, y tuétano de Buey Salvaje, y cerezas y granadillas silvestres. Luego, cuando el Hombre se durmió más feliz que un niño delante de la hoguera, la Mujer se sentó a cardar lana. Cogió un hueso del hombro de cordero, la gran paletilla plana, contempló los portentosos signos que había en él, arrojó más leña al fuego e hizo un conjuro, el primer Conjuro Cantado del mundo. 

En la húmeda y salvaje espesura, los animales salvajes se congregaron en un lugar desde donde se alcanzaba a divisar desde muy lejos la luz del fuego y se preguntaron qué podría significar aquello. 

Entonces Caballo Salvaje golpeó el suelo con la pezuña y dijo: 

-Oh, amigos y enemigos míos, ¿por qué han hecho esa luz tan grande el Hombre y la Mujer en esa enorme cueva? ¿cómo nos perjudicará a nosotros? 

Perro Salvaje alzó el morro, olfateó el aroma del asado de cordero y dijo: 
-Voy a ir allí, observaré todo y me enteraré de lo que sucede, y me quedaré, porque creo que es algo bueno. Acompáñame, Gato.  

-¡ Ni hablar! -replicó el Gato-. Soy el Gato que camina solo y a quien no le importa estar aquí o allá. No pienso acompañarte.  

-Entonces nunca volveremos a ser amigos -apostilló Perro Salvaje, y se marchó trotando hacia la cueva. 

Pero cuando el Perro se hubo alejado un corto trecho, el Gato se dijo a sí mismo: 

-Si no me importa estar aquí o allá, ¿por qué no he de ir allí para observarlo todo y enterarme de lo que sucede y después marcharme?


De manera que siguió al Perro con mucho, muchísimo sigilo, y se escondió en un lugar desde donde podría oír todo lo que se dijera. 

Cuando Perro Salvaje llegó a la boca de la cueva, levantó ligeramente la piel de Caballo con el morro y husmeó el maravilloso olor del cordero asado. La Mujer lo oyó, se rió y dijo: 

-Aquí llega la primera criatura salvaje de la salvaje espesura. ¿Qué deseas? 

-Oh, enemiga mía y esposa de mi enemigo, ¿qué es eso que tan buen aroma desprende en la salvaje espesura? -preguntó Perro Salvaje. 

Entonces la Mujer cogió un hueso de cordero asado y se lo arrojó a Perro Salvaje diciendo: 

-Criatura salvaje de la salvaje espesura, si ayudas a mi Hombre a cazar de día y a vigilar esta cueva de noche, te daré tantos huesos asados como quieras. 

-¡Ah! -exclamó el Gato al oírla-, esta Mujer es muy sabia, pero no tan sabia como yo. 

Perro Salvaje entró a rastras en la cueva, recostó la cabeza en el regazo de la Mujer y dijo: 

-Oh, amiga mía y esposa de mi amigo, ayudaré a tu Hombre a cazar durante el día y de noche vigilaré vuestra cueva.

-¡Ah! -repitió el Gato, que seguía escuchando-, este Perro es un verdadero estúpido. 

Y se alejó por la salvaje y húmeda espesura meneando la cola y andando sin otra compañía que su salvaje soledad. Pero no le contó nada a nadie. 

Al despertar por la mañana, el Hombre exclamó:  

-¿Qué hace aquí Perro Salvaje? 

-Ya no se llama Perro Salvaje -lo corrigió la Mujer-, sino Primer Amigo, porque va a ser nuestro amigo por los siglos de los siglos. Llévalo contigo cuando salgas de caza. 

La noche siguiente la Mujer cortó grandes brazadas de hierba fresca de los prados y las secó junto al fuego, de manera que olieran como heno recién segado; luego tomó asiento a la entrada de la cueva y trenzó una soga con una piel de caballo; después se quedó mirando el hueso de hombro de cordero, la enorme paletilla, e hizo un conjuro, el segundo Conjuro Cantado del mundo. 

En la salvaje espesura, los animales salvajes se preguntaban qué le habría ocurrido a Perro Salvaje. Finalmente, Caballo Salvaje golpeó el suelo con la pezuña y dijo: 

-Iré a ver por qué Perro Salvaje no ha regresado. Gato, acompáñame. 

-¡Ni hablar! -respondió el Gato-. Soy el Gato que camina solo y a quien no le importa estar aquí o allá. No pienso acompañarte. 

Sin embargo, siguió a Caballo Salvaje con mucho, muchísimo sigilo, y se escondió en un lugar desde donde podría oír todo lo que se dijera. 

Cuando la Mujer oyó a Caballo Salvaje dando traspiés y tropezando con sus largas crines, se rió y dijo: 

-Aquí llega la segunda criatura salvaje de la salvaje espesura. ¿Qué deseas? 

-Oh, enemiga mía y esposa de mi enemigo -respondió Caballo Salvaje-, ¿dónde está Perro Salvaje? 

La Mujer se rió, cogió la paletilla de cordero, la observó y dijo: 

-Criatura salvaje de la salvaje espesura, no has venido buscando a Perro Salvaje, sino porque te ha atraído esta hierba tan rica.

Y dando traspiés y tropezando con sus largas crines, Caballo Salvaje dijo: 

-Es cierto, dame de comer de esa hierba. 

-Criatura salvaje de la salvaje espesura -repuso la Mujer-, inclina tu salvaje cabeza, ponte esto que te voy a dar y podrás comer esta maravillosa hierba tres veces al día. 

-¡Ah! -exclamó el Gato al oírla-, esta Mujer es muy lista, pero no tan lista como yo. 

Caballo Salvaje inclinó su salvaje cabeza y la Mujer le colocó la trenzada soga de piel en torno al cuello. Caballo Salvaje relinchó a los pies de la Mujer y dijo: 

-Oh, dueña mía y esposa de mi dueño, seré tu servidor a cambio de esa hierba maravillosa. 

-¡Ah! -repitió el Gato, que seguía escuchando-, ese Caballo es un verdadero estúpido. 

Y se alejó por la salvaje y húmeda espesura meneando la cola y andando sin otra compañía que su salvaje soledad. 

Cuando el Hombre y el Perro regresaron después de la caza, el Hombre preguntó: 

-¿Qué está haciendo aquí Caballo Salvaje? 

-Ya no se llama Caballo Salvaje -replicó la Mujer-, sino Primer Servidor, porque nos llevará a su grupa de un lado a otro por los siglos de los siglos. Llévalo contigo cuando vayas de caza. 

Al día siguiente, manteniendo su salvaje cabeza enhiesta para que sus salvajes cuernos no se engancharan en los árboles silvestres, Vaca Salvaje se aproximó a la cueva, y el Gato la siguió y se escondió como lo había hecho en las ocasiones anteriores; y todo sucedió de la misma forma que las otras veces; y el Gato repitió las mismas cosas que había dicho antes, y cuando Vaca Salvaje prometió darle su leche a la Mujer día tras día a cambio de aquella hierba maravillosa, el Gato se alejó por la salvaje y húmeda espesura, caminando solo como era su costumbre. 

Y cuando el Hombre, el Caballo y el Perro regresaron a casa después de cazar y el Hombre formuló las mismas preguntas que en las ocasiones anteriores, la Mujer dijo: 

-Ya no se llama Vaca Salvaje, sino Donante de Cosas Buenas. Nos dará su leche blanca y tibia por los siglos de los siglos, y yo cuidaré de ella mientras ustedes tres salen de caza. 

Al día siguiente, el Gato aguardó para ver si alguna otra criatura salvaje se dirigía a la cueva, pero como nadie se movió, el Gato fue allí solo, y vio a la Mujer ordeñando a la Vaca, y vio la luz del fuego en la cueva, y olió el aroma de la leche blanca y tibia. 

-Oh, enemiga mía y esposa de mi enemigo -dijo el Gato-, ¿a dónde ha ido Vaca Salvaje? 

La Mujer rió y respondió: 

-Criatura salvaje de la salvaje espesura, regresa a los bosques de donde has venido, porque ya he trenzado mi cabello y he guardado la paletilla, y no nos hacen falta más amigos ni servidores en nuestra cueva. 

-No soy un amigo ni un servidor -replicó el Gato-. Soy el Gato que camina solo y quiero entrar en tu cueva. 

-¿Por qué no viniste con Primer Amigo la primera noche? -preguntó la Mujer. 

-¿Ha estado contando chismes sobre mí Perro Salvaje? -inquirió el Gato, enfadado. 

Entonces la Mujer se rió y respondió: 

-Eres el Gato que camina solo y a quien no le importa estar aquí o allá. No eres un amigo ni un servidor. Tú mismo lo has dicho. Márchate y camina solo por cualquier lugar. 

Fingiendo estar compungido, el Gato dijo: 

-¿Nunca podré entrar en la cueva? ¿Nunca podré sentarme junto a la cálida lumbre? ¿Nunca podré beber la leche blanca y tibia? Eres muy sabia y muy hermosa. No deberías tratar con crueldad ni siquiera a un gato. 

-Que era sabia no me era desconocido, mas hasta ahora no sabía que fuera hermosa. Por eso voy a hacer un trato contigo. Si alguna vez te digo una sola palabra de alabanza, podrás entrar en la cueva. 

-¿Y si me dices dos palabras de alabanza? -preguntó el Gato. 

-Nunca las diré -repuso la Mujer-, mas si te dijera dos palabras de alabanza, podrías sentarte en la cueva junto al fuego. 

-¿Y si me dijeras tres palabras? -insistió el Gato. 

-Nunca las diré -replicó la Mujer-, pero si llegara a decirlas, podrías beber leche blanca y tibia tres veces al día por los siglos de los siglos. 

Entonces el Gato arqueó el lomo y dijo: 

-Que la cortina de la entrada de la cueva y el fuego del rincón del fondo y los cántaros de leche que hay junto al fuego recuerden lo que ha dicho mi enemiga y esposa de mi enemigo -y se alejó a través de la salvaje y húmeda espesura meneando su salvaje rabo y andando sin más compañía que su propia y salvaje soledad 

Por la noche, cuando el Hombre, el Caballo y el Perro volvieron a casa después de la caza, la Mujer no les contó el trato que había hecho, pensando que tal vez no les parecería bien. 

El Gato se fue lejos, muy lejos, y se escondió en la salvaje y húmeda espesura sin más compañía que su salvaje soledad durante largo tiempo, hasta que la Mujer se olvidó de él por completo. Sólo el Murciélago, el pequeño Murciélago Cabezabajo que colgaba del techo de la cueva sabía dónde se había escondido el Gato y todas las noches volaba hasta allí para transmitirle las últimas novedades. 

Una noche el Murciélago dijo: 

-Hay un Bebé en la cueva. Es una criatura recién nacida, rosada, rolliza y pequeña, y a la Mujer le gusta mucho. 

-Ah -dijo el Gato, sin perderse una palabra-, pero ¿qué le gusta al Bebé? 

-Al Bebé le gustan las cosas suaves que hacen cosquillas -respondió el Murciélago-. Le gustan las cosas cálidas a las que puede abrazarse para dormir. Le gusta que jueguen con él. Le gustan todas esas cosas. 

-Ah -concluyó el Gato-, entonces ha llegado mi hora. 

La noche siguiente, el Gato atravesó la salvaje y húmeda espesura y se ocultó muy cerca de la cueva a la espera de que amaneciera. Al alba, la mujer se afanaba en cocinar y el Bebé no cesaba de llorar ni de interrumpirla; así que lo sacó fuera de la cueva y le dio un puñado de piedrecitas para que jugara con ellas. Pero el Bebé continuó llorando.  

Entonces el Gato extendió su almohadillada pata y le dio unas palmaditas en la mejilla, y el Bebé hizo gorgoritos; luego el Gato se frotó contra sus rechonchas rodillas y le hizo cosquillas con el rabo bajo la regordeta barbilla. Y el Bebé rió; al oírlo, la Mujer sonrío. 

Entonces el Murciélago, el pequeño Murciélago Cabezabajo que estaba colgado a la entrada de la cueva dijo: 

-Oh, anfitriona mía, esposa de mi anfitrión y madre de mi anfitrión, una criatura salvaje de la salvaje espesura está jugando con tu Bebé y lo tiene encantado. 

-Loada sea esa criatura salvaje, quienquiera que sea -dijo la Mujer enderezando la espalda-, porque esta mañana he estado muy ocupada y me ha prestado un buen servicio. 

En ese mismísimo instante, querido mío, la piel de caballo que estaba colgada con la cola hacia abajo a la entrada de la cueva cayó al suelo... ¡Cómo así!... porque la cortina recordaba el trato, y cuando la Mujer fue a recogerla... ¡hete aquí que el Gato estaba confortablemente sentado dentro de la cueva! 

-Oh, enemiga mía, esposa de mi enemigo y madre de mi enemigo -dijo el Gato-, soy yo, porque has dicho una palabra elogiándome y ahora puedo quedarme en la cueva por los siglos de los siglos. Mas sigo siendo el Gato que camina solo y a quien no le importa estar aquí o allá. 

Muy enfadada, la Mujer apretó los labios, cogió su rueca y comenzó a hilar. 

Pero el Bebé rompió a llorar en cuanto el Gato se marchó; la Mujer no logró apaciguarlo y él no cesó de revolverse ni de patalear hasta que se le amorató el semblante. 

-Oh, enemiga mía, esposa de mi enemigo y madre de mi enemigo -dijo el Gato-, coge una hebra del hilo que estás hilando y átala al huso, luego arrastra éste por el suelo y te enseñaré un truco que hará que tu Bebé ría tan fuerte como ahora está llorando. 

-Voy a hacer lo que me aconsejas -comentó la Mujer-, porque estoy a punto de volverme loca, pero no pienso darte las gracias.  

Ató la hebra al pequeño y panzudo huso y empezó a arrastrarlo por el suelo. El Gato se lanzó en su persecución, lo empujó con las patas, dio una voltereta y lo tiró hacia atrás por encima de su hombro; luego lo arrinconó entre sus patas traseras, fingió que se le escapaba y volvió a abalanzarse sobre él. Viéndole hacer estas cosas, el Bebé terminó por reír tan fuerte como antes llorara, gateó en pos de su amigo y estuvo retozando por toda la cueva hasta que, ya fatigado, se acomodó para descabezar un sueño con el Gato en brazos. 

-Ahora -dijo el Gato- le voy a cantar A Bebé una canción que lo mantendrá dormido durante una hora. 

Y comenzó a ronronear subiendo y bajando el tono hasta que el Bebé se quedó profundamente dormido. contemplándolos, la Mujer sonrió y dijo: 

-Has hecho una labor estupenda. No cabe duda de que eres muy listo, oh, Gato. 

En ese preciso instante, querido mío, el humo de la fogata que estaba encendida al fondo de la cueva descendió desde el techo cubriéndolo todo de negros nubarrones, porque el humo recordaba el trato, y cuando se disipó, hete aquí que el Gato estaba cómodamente sentado junto al fuego. 

-Oh, enemiga mía, esposa de mi enemigo y madre de mi enemigo -dijo el Gato-, aquí me tienes, porque me has elogiado por segunda vez y ahora podré sentarme junto al cálido fuego del fondo de la cueva por los siglos de los siglos. Pero sigo siendo el Gato que camina solo y a quien no le importa estar aquí o allá. 

Entonces la Mujer se enfadó mucho, muchísimo, se soltó el pelo, echó más leña al fuego, sacó la ancha paletilla de cordero y comenzó a hacer un conjuro que le impediría elogiar al Gato por tercera vez. No fue un Conjuro Cantado, querido mío, sino un Conjuro Silencioso; y, poco a poco, en la cueva se hizo un silencio tan profundo que un Ratoncito diminuto salió sigilosamente de un rincón y echó a correr por el suelo. 

-Oh, enemiga mía, esposa de mi enemigo y madre de mi enemigo -dijo el Gato-, ¿forma parte de tu conjuro ese Ratoncito? 

-No -repuso la Mujer, y, tirando la paletilla al suelo, se encaramó a un escabel que había frente al fuego y se apresuró a recoger su melena en una trenza por miedo a que el Ratoncito trepara por ella. 

-¡Ah! -exclamó el Gato, muy atento-, entonces ¿el Ratón no me sentará mal si me lo zampo?

-No -contestó la Mujer, trenzándose el pelo-; zámpatelo ahora mismo y te quedaré eternamente agradecida.

El Gato dio un salto y cayó sobre el Ratón. 

-Un millón de gracias, oh, Gato -dijo la Mujer-. Ni siquiera Primer Amigo es lo bastante rápido para atrapar Ratoncitos como tú lo has hecho. Debes de ser muy inteligente. 

En ese preciso instante, querido mío, el cántaro de leche que estaba junto al fuego se partió en dos pedazos... ¿Cómo así?... porque recordaba el trato, y cuando la Mujer bajó del escabel... ¡hete aquí que el Gato estaba bebiendo a lametazos la leche blanca y tibia que quedaba en uno de los pedazos rotos! 

-Oh, enemiga mía, esposa de mi enemigo y madre de mi enemigo -dijo el Gato-, aquí me tienes, porque me has elogiado por tercera vez y ahora podré beber leche blanca y tibia tres veces al día por los siglos de los siglos. Pero sigo siendo el Gato que camina solo y a quien no le importa estar aquí o allá. 

Entonces la Mujer rompió a reír, puso delante del Gato un cuenco de leche blanca y tibia y comentó: 

-Oh, Gato, eres tan inteligente como un Hombre, pero recuerda que ni el Hombre ni el Perro han participado en el trato y no sé qué harán cuando regresen a casa. 

-¿Y a mi qué más me da? -exclamó el Gato-. Mientras tenga un lugar reservado junto al fuego y leche para beber tres veces al día me da igual lo que puedan hacer el Hombre o el Perro.

Aquella noche, cuando el Hombre y el Perro entraron en la cueva, la Mujer les contó de cabo a rabo la historia del acuerdo, y el Hombre dijo: 

-Está bien, pero el Gato no ha llegado a ningún acuerdo conmigo ni con los Hombres cabales que me sucederán. 

Se quitó las dos botas de cuero, cogió su pequeña hacha de piedra (y ya suman tres) y fue a buscar un trozo de madera y su cuchillo de hueso (y ya suman cinco), y colocando en fila todos los objetos, prosiguió: 

-Ahora vamos a hacer un trato. Si cuando estás en la cueva no atrapas Ratones por los siglos de los siglos, arrojaré contra ti estos cinco objetos siempre que te vea y todos los Hombres cabales que me sucedan harán lo mismo. 

-Ah -dijo la Mujer, muy atenta-. Este Gato es muy listo, pero no tan listo como mi Hombre. 

El Gato contó los cinco objetos (todos parecían muy contundentes) y dijo: 

-Atraparé Ratones cuando esté en la cueva por los siglos de los siglos, pero sigo siendo el Gato que camina solo y a quien no le importa estar aquí o allá. 

-No será así mientras yo esté cerca -concluyó el Hombre-. Si no hubieras dicho eso, habría guardado estas cosas (por los siglos de los siglos), pero ahora voy arrojar contra ti mis dos botas y mi pequeña hacha de piedra (y ya suman tres) siempre que tropiece contigo, y lo mismo harán todos los Hombres cabales que me sucedan. 

-Espera un momento -terció el Perro-, yo todavía no he llegado a un acuerdo con él -se sentó en el suelo, lanzando terribles gruñidos y enseñando los dientes, y prosiguió-: Si no te portas bien con el Bebé por los siglos de los siglos mientras yo esté en la cueva, te perseguiré hasta atraparte, y cuando te coja te morderé, y lo mismo harán todos los Perros cabales que me sucedan. 

-¡Ah! -exclamó la Mujer; que estaba escuchando-. Este Gato es muy listo, pero no es tan listo como el Perro. 

El Gato contó los dientes del Perro (todos parecían muy afilados) y dijo: 

-Me portaré bien con el Bebé mientras esté en la cueva por los siglos de los siglos, siempre que no me tire del rabo con demasiada fuerza. Pero sigo siendo el Gato que camina solo y a quien no le importa estar aquí o allá. 

-No será así mientras yo esté cerca -dijo el Perro-. Si no hubieras dicho eso, habría cerrado la boca por los siglos de los siglos, pero ahora pienso perseguirte y hacerte trepar a los árboles siempre que te vea, y lo mismo harán los Perros cabales que me sucedan. 


A continuación, el Hombre arrojó contra el Gato sus dos botas y su pequeña hacha de piedra (que suman tres), y el Gato salió corriendo de la cueva perseguido por el Perro, que lo obligó a trepar a un árbol; y desde entonces, querido mío, tres de cada cinco Hombres cabales siempre han arrojado objetos contra el Gato cuando se topaban con él y todos los Perros cabales lo han perseguido, obligándolo a trepar a los árboles. Pero el Gato también ha cumplido su parte del trato. Ha matado Ratones y se ha portado bien con los Bebés mientras estaba en casa, siempre que no le tirasen del rabo con demasiada fuerza. Pero una vez cumplidas sus obligaciones y en sus ratos libres, es el Gato que camina solo y a quien no le importa estar aquí o allá, y si miras por la ventana de noche lo verás meneando su salvaje rabo y andando sin más compañía que su salvaje soledad... como siempre lo ha hecho.

FIN