viernes, 6 de diciembre de 2013

MADIBA

Ha muerto un hombre que iba en contravía. Practicaba la tolerancia.  ( Comportamiento en vías de extinción
por otra parte ). Desterró el odio que alimenta la revancha, dadas las penurias inhumanas que tuvo que sufrir

privado de libertad, sometido a torturas y trabajos forzados, por 27 años. Y en vez de poner la otra mejilla,

supo extender la mano y sellar acuerdos, acercando dos posturas antagónicas , practicamente irreconcilia-

bles, ganar un liderazgo democraticamente y devolviendo un rayo de esperanza para una humanidad que día

a día trabaja con ahínco, cavando su propia fosa, en una constante paranoia. Que no sea la última

esperanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario