En el zaguán de la casa grande de la Imbabura 11-27
el seis de junio de mil novecientos setenta y cinco
a las diez de la noche, me armé de valor,
y te declaré mi amor.
Afuera soplaba ese ventoso grito de libertad con el que comenzaba el verano,
y tu me aceptaste. Aceptaste mi amor.
Soplaba la brisa pero yo no sentía frío.
Atesorando ese "SI" me vine a casa, donde mis padres.
Sentí que la felicidad me colmaba. y tenía razón.
Mucha agua corre bajo un puente en cuarenta y un años.
Y los pilares se mantienen firmes.
dos hijos, dos carreras, peleas y reconciliciaciones.
dudas y certezas.
Y el agua sigue corriendo.
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