lunes, 11 de agosto de 2014

LA VIDA TE DA REGALOS INCREIBLES

Hoy, en la canícula, donde las figuras de las personas son siluetas contra el sol, se me apareció una estrella,

dulce, discreta y bella. Y brilló al punto de opacar esa canícula. Y nos envolvió un silencio tenue en la mitad del bullicio

del día urbano. Como dijo Serrat: " Dios y mi canto, saben a quien nombro tanto".

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