martes, 14 de agosto de 2012

UNA LUNA

Nunca dejarán de estar presentes.
en la noche una luna,
ora  dorada
o bien sea plateada.
Silenciosa acompañante ,
un gato,
testigo indiferente.

una luna que nos mira,
gigantesca, irregularmente brillante,
y se yergue enorme,

por el horizonte,
que perfila la silueta obscura
de la cordillera.

y flota y se aleja,
y progresa por la bóveda estrellada,
el gato no se mueve.

Nosotros la miramos absortos,
bella, fría , distante e indolente.

Pensamos que esa enorme luna
que mueve las mareas,
que determina los ciclos de la vida,
que recrudece antiguos dolores de heridas ya ausentes,
no está a nuestro alcanze.

Pero que tal vez a la mañana suiguiente,
no llueva,
y que un sol generoso nos caliente,
y un viento libertario,
nos refresque.

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