Las películas de terror se han venido a menos. Jason en la enesima temporada ya tiene que enfrentarse a
Kruger que también tiene un desgastante recorrido, y no da terror, sino pena , porque la impresión que dan es la de dos luchadores jubilados, con trucos conocidos y trabajando por necesidad.
Los vampiros desde la colosal imagen de Bela Lugosi en cine mudo, y con los brazos abriendo la capa en blanco y negro. o Klaus Kinski con su sobervia represantación de Nosferatu , después de una tanda repetetiva que maltrata las imágenes de Drácula y de Christopher Lee ( Que demuestra sus capacidades en El Señor de los Anillos), han dado paso a unos vampiros glamourosamente producidos, bellos, cursis y con una frivolidad exasperante que nubla los crepúsculos.
Hasta llegar a Chucky y su metamorfósis de "muñeco diabólico" a abogado ruin nadando en la piscina fétida de la justicia de saneite como Chucky Seven, El Impune.
Sumado a que con los años nos asustamos menos de los fantasmas y más de los vivísimos, que hemos dejado atrás leyendas supersticiosas para enfrentar realidades cuotidianas peligrosas de verdad, y aún buscando emociones intensas de angustia, a más de la inflación, la tarjeta de crédito y cosas asi acabamos por reírnos con humor negro, e inclusive y por suerte, de nosotros mismos en esas circunstancias, tenemos que conformarnos con los golpes al tensionarse la cuerda, de un vehículo cuando nos remolca, o de los pobres seres aprendiendo a manejar, y obviamente de sus instructores, en medio del infierno estridente del
tráfico horrible de la carita de dios. Y ya , no contentos con eso bajamos la "adrenalina" viendo un partido de fútbol entre la Liga y el Técnico, que según los entendidos, "no se hicieron daño", pero que a mi si me lo hizo. Un bodrio.
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