La ordinaria bofetada de los impostores de cuello blanco, imponiendo directores sin sangre en la cara
que traicionan a Cristo por 30 dinares, por un puesto de lacayos. Obscuros politburós autodenomina-
dos por si y ante si, directorios fantasmas, pandillas indecentes ocultas en el bunker, son las escenas
de nuestros tiempos canallas. Otra raya al tigre pensarán. (¿Piensan?).
No nos asombra en el marco de un país que no sólo se hunde economicamente sino que ya se ahogó
moralmente.En un mundo absurdo que no sabe a donde va.
Los latisueldos, las canongías, los abusos, el hedor de los esbirros, la prepotencia de los montoneros.
La falta de transparencia. El silencio cómplice. La cerviz inclinada.
Y es que cuando la cabeza del pescado está podrida, el resto del animal también. Y dormira con los
peces como Luca Brassi.
Estos vientos nauseabundos pasarán. Y con ellos la pestilencia. Y eso no se borrará.
Yo no participo en ese juego. Buen provecho. Y cuidado con el veneno del pez globo.
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