La Liga, el equipo de fútbol, perdió ayer el campeonato, ante Emelec, jugando de local.
Eso es circunstancial, pasa. Se gana ,se pierde o se empata. Quedan en pasado los hechos
consumados. Que si no hubiésemos perdido tal partido, que si no hubiésemos empatado tal
otro.
Pero el hecho de no presentarse a recibir la presea de plarta, de no aceptar una derrota dando
la cara, de no felicitar al ganador, no tiene nombre. Al valor se lo mide en la derrota, no en la
victoria. Ese gesto que quedó como un estigma en el Boca de Bianchi contra el Once Caldas,
hace pocos años, devaluó al equipo y a su entrenador.
La Liga debería dar la cara y pedir publicas disculpas. Caso contrario, es signo de falta de
valor. De dignidad. Volveremos? Con que cara.
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