domingo, 24 de mayo de 2015

UN DIA DOMINGO COMO HOY

Hacen treinta y cuatro años ya!. Fue un Domingo. Jaime Roldos Aguilera, Presidente de la

República,orador carismático, defensor de los derechos humanos. Un hombre brillante, bueno y bien

intencionado. Honrado. (Especie en Extinción, tal vez ya extinta , en este país,) Heredó un país

devastado economicamente. (Suele pasar después del guachito petrolero, falsa bonanza prolongada

al fío) (Esto se repetirá después del Milagro de Correa, el Mentiroso de Kansas, El Cantinflas del

Ecuador, El Baboso de Bélgica, El Caretuco  del Guayas, y lo menciono así porque al Excelentísimo

Señor Presidente actual, parece que le fascina esa forma de tratar, porque así trata a todos sus

mandantes desde la tarima de los sabados). Tras una escaramuza con Perú en Paquisha, se desplomó

la economía y una semana antes de ese día, había tomado duras y necesarias medidas, que lo tornaron

de bueno en malo. Y lo abuchearon. En su último dramático (Era dramático en todos)  discurso.

Casi no se embarca a Zapotillo. Pero se recompuso, y fue con su Edecán como Piloto, Torres. El

Copiloto era Romo. Su ministro de  defensa General Subía, su mujer Martha Bucaram, la de Subía

Irlanda Sarango, dos militares más y una azafata. A 10 minutos de Macará en el Huayrapungo , fiero

monte de piedra, cantón Celica. Se estampó contra la cima. Los motores de la pequeña nave

turbohélice,(nada que ver con el Air Force One lujoso de Correa ,para llevar a la gallada,) tenía las

hélices inmóvilas, enteras y hacia arriba, que con el informe que  Otto Arosemena escondió un mes,

de la Policía Suiza de Accidentes de Aviación, decían que los motores no funcionaban en el momen-

to del impacto), parecería que fue un atentado. Si no se caía esa tarde lo haría otro día. Con Reagan,

la CIA, el Plan Condor, (Sorroza, muerto de cirrosis, vivo de Sirrozis) Torrijos, el general peruano

que hubiese precedido a Morales Bermudez, un antiimperialista, y Rodríguez Palacios en 18 meses

es mucha coincidencia.

De noche en mi casa , mientras veía el partido eliminatorio para España 82, al fin del primer tiempo,

un rumor espantoso recorría el Estadio Modelo de Guayaquil. Roldós había muerto. Se confirmó.

Los jugadores salieron a disputar el Segundo. Empataron 0 a 0.

Como no hay muerto malo, ( Y Roldós no sólo era Bueno , sino Muy Bueno). El público que lo sil-

bó grosero el día anterior, lo lloró masiva y  plañideramente ese día en Quito y Guayaquil.Por hordas.

Ríos de lágrimas inundaron el país ahogado por la tristeza. (No por el arrepentimiento, porque no

sabemos del Mea Culpa).

Al domingo le llegó la noche.






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