sábado, 10 de enero de 2015

LOS SEGUROS


Una anécdota imaginaria, pero un símil muy realista.

Un hombre precravido, joven, pensando en el futuro de su familia, compra un seguro de vida.

El seguro, cuando se lo ofrecen, le incluye no sólo la deseada seguridad económica de su esposa,

si no hasta un lugar en el cielo, a la diestra de  nuestro señor.

La viuda después de llorar , vertidas lágrimas de tristeza profunda, vestida de luto cerrado,

abrazando desconsolada el ataud que contiene los restos mortales de su marido,

que ha muerto en un accidente de aviación, va a reclamar sus derechos al mencionado Seguro.

El mismo hombre que se lo vendió a su esposo, le dice con tono solemne las palabras de cajón.

"Sintiendo mucha pena por la temprana desaparición de su esposo", revisa cuidadoso las

letras pequeñas del inciso "b" de la cláusula veinte y cinco, se quita , los anteojos,

y le clava la vista a la desolada viuda. Lo sentimos mucho, pero no podemos restituir su dinero.

La viuda sorprendida pregunta "¿Por qué?".

Ve este literal de la cláusula vente y cinco, pregunta.

Si, lo veo , dice ella con los ojos rojos e hinchados.

"Pues ahí está. Dice que no se puede pagar, porque la muerte es "una condición preexistente". Es

decir todo el que nace , fatalmente morirá"

Y el cielo? pregunta ella desorientada.

"Eso tiene que averiguarlo en nuestro departamento de "Espirituales", que  queda dos pisos

más abajo. Aquí

 sólo reembolsos.

P:D: "Porque las mulatas,

si son de bandera,

confunden el corazón

con la billetera"

Joaquín Sabina en su canción " Con un par"

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