piélago de islas jóvenes, volcánicas. Son la parte que se ha levantado caprichosa y mágica , brotando en un
punto del Pacífico como catarsis del calor del centro de la Tierra. Los elementos Agua, Fuego, Tierra y
Viento se conjugan en una asombrosa demostración de belleza que la naturaleza nos regala.
La corriente que baja cálida desde Panamá al Norte, y que condujo a Tomás de Berlanga por equivo-
cación a aquellas islas inhóspitas, de lava petrificada, con miles de saurios, dragones que expelían sal por la
nariz, inmóviles e indiferentes, sin agua dulce, le hicieron dejarlas pensando que eso era una advertencia
de Dios de como sería el infierno para los impíos. Por el Sur corrientes frías del lejano antártico, la corriente
fría de Humboldt, corría paralela a la del Norte, para determinar una biodiversidad única, singular.
Blanquísimas arenas lamidas por aguas cristalinas, ora verdes en las playas, ora azules com topacio, para
adentro, como vitrinas donde conviven animales distintos, con un respeto natural y equilibrado, tiburones
mansos, tortugas gigantescas que nadan o se refugian en las colinas que se levantan en algunas islas.
Aves como las fragatas, los piqueros de patas azules, los albatros, los pelícanos, los gavilanes.
Los mamíferos, lobos marinos desparramados inmutables , durmiendo al sol don de les da ganas, in-
diferentes al paso de la gente , con pequeñas lagartijas que se alimentan de los fastidiosos moscos,
el plancton, los cardúmenes de peces atornasalados, las alucinantes mantarrayas, me harían pensar que eso
mas bien estaría regentado por Francisco de Asís. Totalmente alejado del averno.
El sol, brilla sobre ese basalto volcánico negro y tunelizado.
Eso hay que conocerlo. caminarlo, nadarlo.
En una motonave confortable donde la tripulación se destaca por su gentileza, con un viejo rockero, timonel
curtido por los años de salitre de navegante nórdico de la Flota Grancolombiana, los guías, los pangueros,
los bar-men, el gerente hotelero barcelonista y simpático, el führer Ramiro cuidando del orden y la seguridad
Y todos. Bondadosos. Anfitriones cálidos.
Su Capitán, un hombre joven, distinguido, escritor de cuentos. De liderazgo sobrio y justo.
Como dijo García Marquez, "Hay que vivir para contarlo"
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