domingo, 31 de marzo de 2013

DESAMPARADO

Quién va a  pedir por mi?

Quién , olvidando su propio dolor, va a preocuparse por mí? Y me va a dar aliento, y va a decirme

que no me comprenden, cuando yo estoy para todos?

A donde irá el espíritu profundo de la navidad, que han vivido mis hijos desde su infancia, aislados

de consumo y frivolidades?

A dónde irá esa sonrisa tierna y el mejor de los agradecimientos, que en mi oficio me ha dado to-

dos estos años?

Dónde va a guardarse esa ternura rara?

Siempre, las tardes de viernes santo, que recuerdo, han sido grises, tristes y lluviosos.

Este viernes brilló el sol sobre las vías vacías.

El sol  a partir de este viernes tendrá otro significado para mi.

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