
Con el tiempo, ese empujón brutal que nos derriba, ese hachazo invisible y homicida, será parte ya
de nuestra cuotidianidad. Reviviremos su recuerdo, aprenderemos de su encanto, de su integridad
y de su discreta sensatez, en muchos de nuestros momentos., cuando vayamos silenciosos de nuestro

corazón a nuestros asuntos. Nos quedaremos con la idea de que existe para todos, ese otro mar, esa
otra flecha, que nos liberará del Sol y de la Luna.. Y continuando esas claras palabras del poeta,
podemos tratar de consolarnos, diciéndonos a nosotros mismos, " que nadie pierde, lo que no tiene , y
no tenido nunca, Pero que no basta ser valiente para aprender el arte del olvido" Un símbolo, un
zafiro , nos desgarra, y nos puede matar una guitarra.
Mañana, cuando te vayas, me sentiré tan solito, como becerro sin madre, como un manglar sin agua.
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