martes, 12 de junio de 2012

GARRINCHA

Francisco Manoel dos Santos, nació en Pau  Grande, Río de Janeiro , el 28 de Octubre de 1933. Larga familia, muy pobre, los ojos vivaces y sin pizarrón. Nació contrahecho. Tenía la columna torcida, todo empeoró con una poliomielitis, que lo contrahizo aún más. Su pierna derecha con la rodilla  flexionada hacia adentro y casi 7 centímetros más larga que la izquierda. Esta , a su vez , con la rodilla torcida hacia afuera.
Los pies abiertos en ochenta grados , como una especie de  mueca de Charlot, adicto al tabaco desde los 10 años
,tenía muy pocas probabilidades de andar derecho, y menos aún de ser deportista. Se dió la manera de jugar 
fútbol, y destacaba a los 18 años en el equipo de sus compañeros obreros de la fábrica en que trabajaba.
Su hermana lo había podado en su niñez de "garrincha", que es un pajarito que vive en Matto Grosso do Norte y que se caracteriza por ser feo, veloz e inocente, sin malicia, por lo que podía ser cazado fácilmente,  a pesar de su vuelo rápido. Entonces su hermana lo llamó así porque era feo, puro y libre.
Un cazatalentos lo llevó a probarse en el Botafogo, club grande de Rio de Janeiro, en 1953, en la entonces valorada playa de Botafogo. Fue contratado y debutó en 1955. Se reía de sus piernas y decía que le servían para despistar a los marcadores. Siempre les llamaba Joao, Juan, y siempre repetía la misma ruta, pero con un ritmo vivaz que lo hacía inalcanzable. Se divertía. Fue campeón mundial en 1958 en Suecia. Donde también tuvo un hijo, producto de una aventura, y a pesar de que el psicólogo de la selección, lo decretó no apto para jugar por un déficit intelectual.( Los niños y los locos dicen la verdad. Por eso a los primeros los llevan a la escuela y a los otros al manicomio, dijo alguien) Nilton Santos, marcador de punta derecho del Botafogo y líder de la selección nacional , amenazó con no viajar a Suecia si no llevaban a Garrincha. Su consagración final fue en el mundial de Chile, donde fue declarado el mejor jugador de ese torneo, del cual además fue goleador e hizo dispensable a Pelé, lesionado el primer partido, por una patada artera de algún otro tipo de "cazatalentos". y regresó glorioso a Brasil. Lo demás los excesos, el despilfarro. Dejó a su esposa e hijos,  para irse con una bella mulata,  cantante popular, Elsa Soares. Y siguió brillando en Botafogo. Llegó con una selección ya vieja ; para el ritmo europeo, y cansada, víctima de la brutalidad con que fueron tratados por los defensas de Bulgaria y Portugal, que no les dió aliento parra aguantar el futbol mágico de los magyares. Hungría los eliminó en la primera fase. El entrenador no volvió enseguida a Brasil por miedo a ser linchado, por la muchedumbre que el mundial anterior los recibía con ramos y ahora los esperaba, para crucificarlos. Y el tabaco, el desorden , el aguardiente, fueron apagando la brillantez de aquel hombre que un día fue designado como "la alegría del pueblo". Se retiró entre el 71 y 72, con pena y sin gloria. Pero no paró su desenfreno.
Cuando yo llegué a Brasil el 14 de Noviembre de 1982, recuerdo que al día siguiente, domingo 15, había después de años. y en el aniversario de la institucionalización de la República del Brasil, elecciones libres. Se vislumbraba el ocaso de la dictadura militar. El 6 de Enero del 83, ví en la televisión una entrevista en vivo que le hacían a Garrincha en su escuelita de fútbol, desértica, de Pau Grande. El dijo que nunca fue abandonado. Y era cierto. El Estado siempre le dió trabajo, escuelas de fútbol, y una pensión que le hubiera 
permitido vivir pobre pero dignamente. Con los ojos nostálgicos y la mirada llena de "ayer", decía que el único que se abandonó fue él mismo. Porque lo abandonó la alegría. No se quejaba ni se autocompadecía. Miraba los pájaros volando. Envuelto en un silencio triste. Ya lo cantó Zitarrosa, elogiando su juego y preguntando quien lo golpeó contra la realidad, quien le llenó la copa cuotidianamente. Fue la vida.
Entonces se volvió hacia la cámara y dijo "lo que quiero solamente, es ser libre. libre como un pajarito." La imagen se congeló. La voz se calló. Días después, el 20 de enero, cayó , saliendo de un bar, al rayar el día,
se tropezó, cayó a la acera, alcoholizado, se golpeó la  cabeza y murió. La autopsia reveló lo que debía. Insuficiecia cardíaca, edema de pumón, cirrosis, un hematoma cerebral por el golpe.
Fue enterrado en un  cortejo muy asistido. Su ataud cubierto por la bandera negra y blanca  con una estrella blanca, del Botafogo. Cargaban el féretro algunos de sus ex compañeros. A los casi veinte años de su muerte,  su tumba no tiene flores, ni se siente nada, que recuerde al que un día fue la alegría del pueblo.
Como decía Vinicius :" tristeza nao tem fim, felicidade sim." Aunque prefiero creer que el simplemente ya es libre y " está voando, livre como, un passarinho".

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