En la Fiscalía General Del Estado, después de escuchar, maullidos, carreras y otros ruidos fastidiosos
se determinó con certeza que en el ático del antiguo y descuidado, (Otrora limpias oficinas de
Embajada de los EEUU) existían gatos, muchos gatos.
Entonces se procedió a maniobras para retirarlos de ahí. Se contrataron obreros, peones, señores que
hacen limpieza, ingenieros, y hasta a los bomberos, fracasando todos en sus intentos de limpieza.
Incluso un largo temblor que duró más de tres minutos, no conmovió a los felinos.
La explicaciónn es simple. Mientras hayan ratas en ese edificio, los gatos no se van a ir.
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