El 9 de Abril de 1948, y un día antes que el Presidente conservador Mariano Ospina inaugurara la
Cumbre Panamericana de la Paz, en Bogotá , Colombia, se perfilaba la creciente presencia del Dr.
Jorge Eliecer Gaitán. De extracto popular, hijo de una maestra y un librero, este carismático polí-
tico de verbo encendido, pasado limpio, no perteneciente a las aristocráticas familias que manejaban
el poder del país, divididos entre los conservadores y los liberales, progresiste, descollante en su de-
fensa a los asesinados masivamente en las bananeras, ministro de Educación, previamente alcalde de
Bogotá, que decía que el hambre de los pobres no tenía soluciones liberales ni conservadoras, y con
gran posibilidad de ser el próximo presidente de Colombia, bajaba de su estudio con algunos amigos,
para ir a almorzar, y que esa tarde tenía agendada una reunión con el joven estudiante de derecho ,
Fidel Castro, quien se encontraba asistiendo a una conferencia internacional de estudiantes latino-
americanos, que se desarrollaba en la ciudad, fue asesinado a sangre fría por Juan Roa Bastos, el
ejecutor solitario ( Deja Vu?) de un desconocido joven, sin antecedentes penales ni políticos, en la
intersección de la Carrera Séptima y calle Jiménez, a las 13:05 , con dos certeros disparos en la
cabeza y uno en el torax, muriendo poco después en una clínca cercana por lo letal de las heridas.
La muchedumbre enardecida lo persiguió. Él corrió setecientos metros al norte , refugiándose en una
farmacia y acompañado por un gendarme que lo interrogaba e intetaba protegerlo. El farmaceuta ba
la reja de metal que aseguraba la puerta. Fue inutil. La masa enardecido lo mató a golpes y arrastró
el cadáver, dejando tras de si una huella sangrienta de odio y muchas preguntas sin respuesta.
La CIA establecida por Harry Truman en 1947, oficializando la OSS , husmeaba.
Sospechosos los conservadores, la facción tradicional de los liberales, extremistas de derecha
que lo tachaban de comunista, y los comunistas que lo tachaban de fascista. Hipótesis de que el
el asesino fuera otro, bien trajeado, que huyera y desapareciera en un carro que lo esperaba, algo
que nunca fue probado.
El caos. Unos saqueban. otros, los más , se dirigían rugientes hacia el Palacio de Nariño, acompaña-
dos por los tanques del ejercito. 123 edificios quemados y derruidos avanzan tras Ospina..
Al llegar a palacio, los tanque, como en una truculenta película de horror,paron en seco. Dieron una
media vuelta interminable y apuntaron a la multitud que comenzaba a correr aterrorizada, al darse
cuenta de esa lenta, interminable vuelta traicionera, comenzaron a correr desesperados. Tres mil
cayeron, o tal vez más.
Las interminables columnas de marginados se dispersaron, y recorrieron como pudieron por 16 años
una Colombia ensangrentada, hasta que por el año de 1964, los organizó un bandido, Marín se apellidaba, y lo se hacia llamar Manuel Marulanda (a) "tirofijo"
Y nacieron las FARC. Laguerra aún no acaba. Ya lleva sesenta años. Vale la pena recordarlo.
Más preguntas que respuestas.
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