sábado, 26 de abril de 2014

NO PUEDO PEDIR MAS

Cuando mi hijo mayor tenía seis años, yo le leía "El Principito" sentado en el borde de su cama.

El veía los dibujos. Y como era un niño los entendía.

Una mañana muy temprano, lo fui a levantar para que vaya a la escuela. Entonces me dijo " Bueno papito,

pero antes acuéstate conmigo y abrázame". Lo hice y me dijo: "Tu eres la boa, yo soy el elefante, y ambos

somos el sombrero".

Que más puedo pedirle a la vida

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