La guerra no tiene sentido.
El 2 de abril de 1982 el general Leopoldo Fortunato Galtieri,
de los últimos asesinos
que gobernaron la dictadura del gobierno argentino
autodenominado con
cinismo “Proceso de Reorganización Nacional”, matando en
esos años a
todos los muchachos que estudiaban, a la gente que leía,
violando muchachitas, preñándolas y robándose los hijos que nacían en los
Centros de Torturas, aniquilando a gente
que pensaba, y desfalcando al país hasta quebrarlo, moral
y económicamente, decide tomarse, las islas frías, ásperas, desérticas, al frente de las costas
del sur de la nación.
Un golpe para que no los tumben, los juzguen y los castiguen.
Margaret Thatcher, otra gobernante devaluada, decido mandar
la flota del Imperio. Recupera las islas y es reelegida dos veces más.
19 barcos inglese destruidos o averiados, toman presos a
cientos de muchachitos argentinos.
Galtieri cae.
Argentina 300 muerto 700 prisioneros, 350 suicidados.
Y en el sexto día Dios creó al hombre a su imagen
y semejanza, le dio el soplo divino de la vida, y mientras el hombre dormía,
extrájole una costilla e hizo a la mujer.
