El doctor Julio César Trujillo, ha muerto esta mañana.
A los 88 años cumplidos de edad, sufrió hace pocos días un evento vascular cerebral hemorrágico.
También se le llama "derrame cerebral". Es coloquial y no tiene importancia que nombre le demos
a la dolencia: No es técnico, porque como el cerebro no es líquido, no se derrama. Un vaso
sanguineo se lesionó y produjo al fin su muerte.
La edad no perdona. Pero menos perdonable es que nos pasemos rezongando, sin hacer nada,
escondiéndonos o quejándonos del estado en que está el país.
Lo admirable es esa decisión en vida que tomó de no ir a Terapia Intensiva, ni someterse a una
inútil cirugía , o prolongar artificialmente su vida.
Mucha coherencia y valor, como la tuvo en su vida. El llamado despectivamente "Gallo Hervido"
me parece que por el brillante y cínico Carlos Julio Arosemena Monroy. (Creemos saber la
connotación de la frase con las funciones que desempeñó aparentemente utilizada por aristócrata
cínico e irresponsable cuando desempeñó las responsabilidades para las que fue electo, y
protagonista de llamativas anécdotas, frívolas y dignas de mejor causa.)
No fue perfecto, porque nadie lo es. Acertó y se equivocó en su vida como todos, y no todo salió
como hubiese deseado en el último año de su vida y con la enorme resposabilidad de tratar de
reinstitucionar un país destrozado por Rafael Vicente Correa Delgado y su gavilla de delincuentes,
empezando posus vicepresidentes Lenin Moreno Garcés y Jorge Glas Espinel.Y la lista interminable
de bandidos que destrozaron y saquearon al país los últimos doce años.
Fue correcto, muy valiente y decidido en su titánica misión, encargada por mandato popular.
Si hubo equivocaciones, mucho más fueron los aciertos.
Murió en su lucha por rescatar valores que el país añora. Sin temor. Y al manato de un pueblo que
sufre las consecuencias de ese desgobierno.
Lo mató la edad. Pero cuan dignamente murió.
Los prófugos abundan y se ocultan como "víctimas de la persecución política. ". Cobardía e Infamia.
Lo que siento es que nos quedamos huérfanos de líderes honestos. Es hora de tomar la posta,
no de llorar su muerte.
domingo, 19 de mayo de 2019
COMO PODEMOS EQUIVOCARNOS MANEJANDO LAS FRUSTRACIONES:
Juicios de valor a Jeannette Hinostroza por el viaje con María Fernananda Espinosa.
La "Última Esperanza Blanca" (No es racismo, es el nombre de una película muy antigua)
J. Hinostroza, nos quita la voz que perdimos, a nuestro sentir, al no ser una dura crítica
de una ex-Ministra, María Fernanda Espinosa, y acompañarla en un viaje "humanitario", pagado por
nosotros, dicho sea de paso, que pagamos su latisueldo con dinero de los contribuyentes.
Puede ser indignante e impedir nuestra catarsis. Pero preguntémonos: ¿Y nuestra propia voz,
no se pronuncia? ¿Necesitamos que la comunicadora sea nuestra vocera? Tenemos derecho a la
catarsis, o como diría León Roldós , al pataleo. Pero una maraña de trampas, tejidos entre escándalos
nos encandila, y nos deja ciegos, sordos y mudos.Porque el sistema de la cadena de escándalos nos
desorienta, y nos molestamos porque la señora Hinostroza no nos da ese "premio consuelo".
A uno de los Alvarado Espinel, no importa si es Vinicio o Carlos, lo agreden, escupen y golpean
públicamente. Tomándose una justicia, que parece no existir, por manos propias.
Debamos alegrarnos con esas mezquindades. Debemos conformarnos con esos síntomas del
desastre que vivimos, y conformarnos con esos desagradables y míseros mendrugos.
La lista de sensaciones es larga. Y nos hace reaccionar equívocamente , en un acto de desesperación
y de parálisis y resignación por la falta de normas y de rumbos.
Comenzando con un presidente que se pone cursi cuando debe demostrar entereza y desición.
Eso explica para mi el porque respondemos erroneamente, dándo golpes al vacío , incapaces
de determinar como acertar al bulto.
Una Ministra de Salud Pública que deberá rendir cuentas, por gestiones cuestionadas,como compras de
equipos caros que aparentemente no funcionan, o atrasos en la importación de vacuna más efectivas
contra la influenza, y que evade la responsabilidad de ser transparente, pero que es incapaz de
renunciar a su puesto, cuando le imponen que deje de pagar a los internos rotativos. ¿Hace cuanto
tiempo fue interna, antes de que comenzara su meteórica carrera, hasta llegar ese pantano que es el
Ministerio de Salud Pública.Menos palabrería astuta y más integridad.
La lista ,repito es larguísima.
Y la resaca de la fiesta embriagente dolerá mucho.
Cortemos el tumor sin vendas en los ojos.
Tratemos de equivocarnos menos. Y no defendamos lo indefendible, porque el "proceso" era
una revolución "ciudadana de izquierda", ese no parece ser un argumento válido.
La "Última Esperanza Blanca" (No es racismo, es el nombre de una película muy antigua)
J. Hinostroza, nos quita la voz que perdimos, a nuestro sentir, al no ser una dura crítica
de una ex-Ministra, María Fernanda Espinosa, y acompañarla en un viaje "humanitario", pagado por
nosotros, dicho sea de paso, que pagamos su latisueldo con dinero de los contribuyentes.
Puede ser indignante e impedir nuestra catarsis. Pero preguntémonos: ¿Y nuestra propia voz,
no se pronuncia? ¿Necesitamos que la comunicadora sea nuestra vocera? Tenemos derecho a la
catarsis, o como diría León Roldós , al pataleo. Pero una maraña de trampas, tejidos entre escándalos
nos encandila, y nos deja ciegos, sordos y mudos.Porque el sistema de la cadena de escándalos nos
desorienta, y nos molestamos porque la señora Hinostroza no nos da ese "premio consuelo".
A uno de los Alvarado Espinel, no importa si es Vinicio o Carlos, lo agreden, escupen y golpean
públicamente. Tomándose una justicia, que parece no existir, por manos propias.
Debamos alegrarnos con esas mezquindades. Debemos conformarnos con esos síntomas del
desastre que vivimos, y conformarnos con esos desagradables y míseros mendrugos.
La lista de sensaciones es larga. Y nos hace reaccionar equívocamente , en un acto de desesperación
y de parálisis y resignación por la falta de normas y de rumbos.
Comenzando con un presidente que se pone cursi cuando debe demostrar entereza y desición.
Eso explica para mi el porque respondemos erroneamente, dándo golpes al vacío , incapaces
de determinar como acertar al bulto.
Una Ministra de Salud Pública que deberá rendir cuentas, por gestiones cuestionadas,como compras de
equipos caros que aparentemente no funcionan, o atrasos en la importación de vacuna más efectivas
contra la influenza, y que evade la responsabilidad de ser transparente, pero que es incapaz de
renunciar a su puesto, cuando le imponen que deje de pagar a los internos rotativos. ¿Hace cuanto
tiempo fue interna, antes de que comenzara su meteórica carrera, hasta llegar ese pantano que es el
Ministerio de Salud Pública.Menos palabrería astuta y más integridad.
La lista ,repito es larguísima.
Y la resaca de la fiesta embriagente dolerá mucho.
Cortemos el tumor sin vendas en los ojos.
Tratemos de equivocarnos menos. Y no defendamos lo indefendible, porque el "proceso" era
una revolución "ciudadana de izquierda", ese no parece ser un argumento válido.
COMO EVALUAMOS LOS CONOCIMIENTOS
“La crisis de la escuela es la crisis de la democracia”
El pedagogo estadounidense Henry Giroux reclama una reforma del sistema educativo para que el pensamiento crítico impregne todas las asignaturas
Barcelona 14 MAY 2019 - 08:37 CEST
Henry Giroux (Providence, 1943), uno de los académicos más reconocidos en Canadá y uno de los impulsores de la llamada pedagogía crítica, tiene un discurso radical sobre los fallos del sistema educativo. Él no habla de los resultados de las pruebas PISA —que miden el conocimiento en ciencias, matemáticas y comprensión lectora de los alumnos de 15 años en los países de la OCDE—. De hecho, cree que las pruebas estandarizadas son una estrategia de la derecha para desviar la atención del "verdadero" problema de la educación: no fomentar el pensamiento crítico para crear ciudadanos "conformistas" que no reclamen nada a las administraciones.
Afincado en Toronto, Giroux es conocido por sus publicaciones conjuntas con Paulo Freire, uno de los pedagogos de referencia del siglo XX por su teoría de la pedagogía del oprimido, donde propone la rebelión de los más desfavorecidos a través del acceso a la educación. Giroux, investigador en la McMaster University de Ontario, fue incluido en la obra Fifty Modern Thinkers on Education: From Piaget to the Present (Routledge, 2002), que nombra a los 50 pensadores que más han contribuido al debate educativo en el siglo XX.
Giroux, que acaba de publicar el libro La guerra del neoliberalismo contra la educación superior (Herder), critica que las universidades están siendo atacadas con recortes continuos en su financiación, especialmente los departamentos de humanidades, para que dejen de ser centros de pensamiento. La semana pasada, tras dar una conferencia en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, atendió a este diario.
Pregunta. ¿Qué es la pedagogía crítica?
Respuesta. No es un método que se pueda aplicar en los colegios. Es una revisión del tipo de escuela que queremos. Es un intento por reconocer que la educación es siempre política y el tipo de pedagogía que se usa tiene mucho que ver con la cultura, la autoridad y el poder. La historia que contamos o el futuro que imaginamos se refleja en los contenidos que enseñamos. La pedagogía tal y como está planteada ataca en lugar de educar. Es un sistema opresivo basado en el castigo y en la memorización, que persigue el conformismo. Hay que desarrollar otros métodos que formen alumnos capaces de desafiar las prácticas antidemocráticas en el futuro.
P. Desde hace unos años, ha habido una ola de innovación educativa que ha transformado muchos colegios. ¿No cree que estén cumpliendo esa función?
R. Las escuelas están siendo atacadas, especialmente desde Gobiernos fascistas y de derechas. En Brasil, Bolsonaro ha animado a los estudiantes a denunciar a los profesores de izquierdas de un supuesto adoctrinamiento y quiere eliminar todas las referencias a Paulo Freire de los temarios. Acaba de anunciar un recorte en las carreras de humanidades como filosofía y sociología para priorizar profesiones que "generen un retorno al contribuyente". La crisis de la escuela es la crisis de la democracia. Los gobiernos de derechas no quieren que la gente piense y la educación tiene un papel central en la lucha contra las narrativas tóxicas y el surgimiento de ideologías ligadas a la supremacía blanca.
P. ¿Cómo se puede aterrizar el cambio que propone? ¿Cree que los partidos de izquierda sí están a la altura?
R. Primero el interés tiene que venir de la calle, de la comunidad de vecinos y de los propios profesores. El poder se tiene que tomar la educación en serio. La izquierda es muy estúpida en lo que se refiere a la educación. No se dan cuenta de la importancia que tiene. En Estados Unidos, Obama replicó el programa de los republicanos, el teaching for the test (focalizar la enseñanza en la superación de exámenes estandarizados). Los exámenes forman parte de un discurso de opresión, son una forma de disciplinar a estudiantes y a profesores y restan imaginación a los alumnos. Se tiene que potenciar el diálogo, la construcción de identidades y cómo encajar a los otros, por ejemplo, a la minorías.
P. ¿Cuál es el peligro de los exámenes?
R. Son una estrategia para hacer ciudadanos menos críticos. A los profesores se les ha dicho que no son intelectuales, que son tecnócratas y que están ahí para medir el conocimiento de los alumnos, que lo que importa son los exámenes. Parece que la evaluación es el centro del sistema educativo. Pero la función de la escuela debería ser conseguir crear ciudadanos tolerantes, con capacidad de diálogo. El colegio es el lugar donde se crean las identidades. ¿Quién quieres ser? Cuando el profesor y los contenidos son incuestionables, están inculcando una forma autoritaria de entender la sociedad. Silenciar las dudas sobre lo que viene dado desde arriba. La derecha sabe tomar ventaja de eso.
P. Canadá es un ejemplo de inclusión en las aulas. ¿Cree que es un referente?
R. Canadá tiene un sistema muy progresista, pero tampoco se salva. En Ontario el nuevo primer ministro, Doug Ford, del partido conservador, ha suprimido las clases de educación sexual y ha obligado a volver al plan de 1990. Quiere centrar el sistema en educar para el trabajo. Los gobiernos transforman la educación en algo que no debería ser.
Las universidades cada vez funcionan más como empresas. Los estudiantes se han convertido en clientes
P. ¿No cree que las escuelas deben preparar a los alumnos para las habilidades que pide el mercado de trabajo? Van a encontrar un terreno muy competitivo.
R. No les tienen que preparar para el trabajo que tendrán en el futuro, sino para el tipo de sociedad en la que quieren vivir. Te ofrezco las habilidades digitales para que trabajes en Google o en Facebook, pero vivirás en una sociedad fascista e intolerante. Eso no vale. Hay que priorizar que aprendan a ser ciudadanos informados cuando hay partidos de extrema derecha que están ascendiendo al poder.
P. Le podrían acusar de tener una visión demasiado utópica.
R. Sobrevivir no es solo encontrar el trabajo adecuado, es reclamar un buen sistema público de salud o el derecho a una vivienda digna. El sistema escolar, basado en la competitividad entre iguales y en la idea de ganadores y perdedores, enseña a creer que cuando tienes un problema la culpa es tuya. Que los problemas son individuales. Las personas no pueden trasladar los problemas personales a carencias del sistema. Así surgen individuos alienados que se culpan a sí mismos de su situación desgraciada. "No hice lo suficiente en el colegio, por eso me va mal", piensan, en lugar de mirar al estado del bienestar, ver si se está desmantelando. Hay que enseñar a luchar y a exigir a la administración que cumpla sus obligaciones.
P. En su último libro hace una crítica muy dura al trato que dan los Gobiernos a las universidades.
R. Trump ha amenazado con retirar fondos federales de universidades que cree que están copadas por liberales e izquierdistas y ha propuesto reducir el presupuesto educativo en 7.000 millones en 2020. El 70% de los profesores de educación superior en Estados Unidos tienen contratos a media jornada.Eso afecta a su libertad de expresión, piensan que si hablan pueden ser despedidos. Tienen miedo de movilizarse contra la administración. La universidEad debería ser un espacio para el diálogo. Las universidades cada vez funcionan más como empresas, no contratan intelectuales para liderarlas, sino CEOs. Los estudiantes se han convertido en clientes. La gente joven es un valor en el que merece la pena invertir, una inversión a largo plazo. Pero los políticos, tanto de izquierdas como de derechas, solo buscan resultados a corto plazo.
El pedagogo estadounidense Henry Giroux reclama una reforma del sistema educativo para que el pensamiento crítico impregne todas las asignaturas
Barcelona 14 MAY 2019 - 08:37 CEST
Henry Giroux (Providence, 1943), uno de los académicos más reconocidos en Canadá y uno de los impulsores de la llamada pedagogía crítica, tiene un discurso radical sobre los fallos del sistema educativo. Él no habla de los resultados de las pruebas PISA —que miden el conocimiento en ciencias, matemáticas y comprensión lectora de los alumnos de 15 años en los países de la OCDE—. De hecho, cree que las pruebas estandarizadas son una estrategia de la derecha para desviar la atención del "verdadero" problema de la educación: no fomentar el pensamiento crítico para crear ciudadanos "conformistas" que no reclamen nada a las administraciones.
Afincado en Toronto, Giroux es conocido por sus publicaciones conjuntas con Paulo Freire, uno de los pedagogos de referencia del siglo XX por su teoría de la pedagogía del oprimido, donde propone la rebelión de los más desfavorecidos a través del acceso a la educación. Giroux, investigador en la McMaster University de Ontario, fue incluido en la obra Fifty Modern Thinkers on Education: From Piaget to the Present (Routledge, 2002), que nombra a los 50 pensadores que más han contribuido al debate educativo en el siglo XX.
Giroux, que acaba de publicar el libro La guerra del neoliberalismo contra la educación superior (Herder), critica que las universidades están siendo atacadas con recortes continuos en su financiación, especialmente los departamentos de humanidades, para que dejen de ser centros de pensamiento. La semana pasada, tras dar una conferencia en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, atendió a este diario.
Pregunta. ¿Qué es la pedagogía crítica?
Respuesta. No es un método que se pueda aplicar en los colegios. Es una revisión del tipo de escuela que queremos. Es un intento por reconocer que la educación es siempre política y el tipo de pedagogía que se usa tiene mucho que ver con la cultura, la autoridad y el poder. La historia que contamos o el futuro que imaginamos se refleja en los contenidos que enseñamos. La pedagogía tal y como está planteada ataca en lugar de educar. Es un sistema opresivo basado en el castigo y en la memorización, que persigue el conformismo. Hay que desarrollar otros métodos que formen alumnos capaces de desafiar las prácticas antidemocráticas en el futuro.
P. Desde hace unos años, ha habido una ola de innovación educativa que ha transformado muchos colegios. ¿No cree que estén cumpliendo esa función?
R. Las escuelas están siendo atacadas, especialmente desde Gobiernos fascistas y de derechas. En Brasil, Bolsonaro ha animado a los estudiantes a denunciar a los profesores de izquierdas de un supuesto adoctrinamiento y quiere eliminar todas las referencias a Paulo Freire de los temarios. Acaba de anunciar un recorte en las carreras de humanidades como filosofía y sociología para priorizar profesiones que "generen un retorno al contribuyente". La crisis de la escuela es la crisis de la democracia. Los gobiernos de derechas no quieren que la gente piense y la educación tiene un papel central en la lucha contra las narrativas tóxicas y el surgimiento de ideologías ligadas a la supremacía blanca.
P. ¿Cómo se puede aterrizar el cambio que propone? ¿Cree que los partidos de izquierda sí están a la altura?
R. Primero el interés tiene que venir de la calle, de la comunidad de vecinos y de los propios profesores. El poder se tiene que tomar la educación en serio. La izquierda es muy estúpida en lo que se refiere a la educación. No se dan cuenta de la importancia que tiene. En Estados Unidos, Obama replicó el programa de los republicanos, el teaching for the test (focalizar la enseñanza en la superación de exámenes estandarizados). Los exámenes forman parte de un discurso de opresión, son una forma de disciplinar a estudiantes y a profesores y restan imaginación a los alumnos. Se tiene que potenciar el diálogo, la construcción de identidades y cómo encajar a los otros, por ejemplo, a la minorías.
P. ¿Cuál es el peligro de los exámenes?
R. Son una estrategia para hacer ciudadanos menos críticos. A los profesores se les ha dicho que no son intelectuales, que son tecnócratas y que están ahí para medir el conocimiento de los alumnos, que lo que importa son los exámenes. Parece que la evaluación es el centro del sistema educativo. Pero la función de la escuela debería ser conseguir crear ciudadanos tolerantes, con capacidad de diálogo. El colegio es el lugar donde se crean las identidades. ¿Quién quieres ser? Cuando el profesor y los contenidos son incuestionables, están inculcando una forma autoritaria de entender la sociedad. Silenciar las dudas sobre lo que viene dado desde arriba. La derecha sabe tomar ventaja de eso.
P. Canadá es un ejemplo de inclusión en las aulas. ¿Cree que es un referente?
R. Canadá tiene un sistema muy progresista, pero tampoco se salva. En Ontario el nuevo primer ministro, Doug Ford, del partido conservador, ha suprimido las clases de educación sexual y ha obligado a volver al plan de 1990. Quiere centrar el sistema en educar para el trabajo. Los gobiernos transforman la educación en algo que no debería ser.
Las universidades cada vez funcionan más como empresas. Los estudiantes se han convertido en clientes
P. ¿No cree que las escuelas deben preparar a los alumnos para las habilidades que pide el mercado de trabajo? Van a encontrar un terreno muy competitivo.
R. No les tienen que preparar para el trabajo que tendrán en el futuro, sino para el tipo de sociedad en la que quieren vivir. Te ofrezco las habilidades digitales para que trabajes en Google o en Facebook, pero vivirás en una sociedad fascista e intolerante. Eso no vale. Hay que priorizar que aprendan a ser ciudadanos informados cuando hay partidos de extrema derecha que están ascendiendo al poder.
P. Le podrían acusar de tener una visión demasiado utópica.
R. Sobrevivir no es solo encontrar el trabajo adecuado, es reclamar un buen sistema público de salud o el derecho a una vivienda digna. El sistema escolar, basado en la competitividad entre iguales y en la idea de ganadores y perdedores, enseña a creer que cuando tienes un problema la culpa es tuya. Que los problemas son individuales. Las personas no pueden trasladar los problemas personales a carencias del sistema. Así surgen individuos alienados que se culpan a sí mismos de su situación desgraciada. "No hice lo suficiente en el colegio, por eso me va mal", piensan, en lugar de mirar al estado del bienestar, ver si se está desmantelando. Hay que enseñar a luchar y a exigir a la administración que cumpla sus obligaciones.
P. En su último libro hace una crítica muy dura al trato que dan los Gobiernos a las universidades.
R. Trump ha amenazado con retirar fondos federales de universidades que cree que están copadas por liberales e izquierdistas y ha propuesto reducir el presupuesto educativo en 7.000 millones en 2020. El 70% de los profesores de educación superior en Estados Unidos tienen contratos a media jornada.Eso afecta a su libertad de expresión, piensan que si hablan pueden ser despedidos. Tienen miedo de movilizarse contra la administración. La universidEad debería ser un espacio para el diálogo. Las universidades cada vez funcionan más como empresas, no contratan intelectuales para liderarlas, sino CEOs. Los estudiantes se han convertido en clientes. La gente joven es un valor en el que merece la pena invertir, una inversión a largo plazo. Pero los políticos, tanto de izquierdas como de derechas, solo buscan resultados a corto plazo.
sábado, 18 de mayo de 2019
sábado, 11 de mayo de 2019
UNA CONSULTA MEDICA; UN PROFESOR; UN RECUERDO ; UN DEPORTE AUTOCTONO.
El jueves 9 de Mayo de este año, recibí un paciente. Un ingeniero civil. Su nombre Wilson Patricio
Dalgo.
En 1969, o 70 había que llenar un cupo para profesor de literatura. Yo estaba entre tercero o cuarto curso del Colegio Benalcázar.
Llegó el nuevo maestro, un hombre joven y entusiasta, que nos dió un par de clases. Muy bueno .
Llamaba la atención además su calidez y cercanía con los alumnos. Y una nota resaltaba. Su pasión
por enseñar la materia, pero sobre eso por difundir el juego autóctono de la pelota nacional.
Unos tres compañeros y yo nos interesamos y al día siguiente el señor Dalgo trajo, guantes o tables
con pupos de caucho, que pesaban dos kilos , tres pelotas de 800 gramos, una de caucho, una de fi-
bra y una de viento, más rápida. Los guantes de tabla nos parecían pesadísimos. Pero a nuestro favor
estaba la juventud , las ganas y la curiosidad.
Nos explicó todo. Marco con cal en sus manos una linea de partida que se llama chaza. Es la más
posterior y ahí juega el "torno", que bate la pelota, y la contesta , porque es el más fuerte.
En la mitad , a donde devolvían la pelota se colocaba el medio torno y trazaba dos líneas paralelas
que se llaman trancas. Y más adelante dos extremos. Estos irán intercambiando posiciones en el
transcurso del juego.
Jugamos cuatro tardes , hasta caer la noche.
Después del último juego, nos explicó que había recibido una propuesta del Normal Juan Montalvo,
y que se iba con pena de dejarnos, pero con la alegría de formar profesores.
Nunca lo olvidé. Seguía su inacabable esfuerzo por evitar que se extinguiera el juego.
Le dieron su espacio en La Carolina y se lo quitaron, transladándolo a la parte superior del
Olímpico Atahualpa, que también se la quitaron para hace una pista de patinaje, que también
desapareció para que sea usado como parqueadero de carros.
Escribió dos libros: "Preceptiva de la lengua ecuatoriana" y "Princios del lenguaje nacional." Ambos
publicados en la colección "Pablo Palacio" del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte".
Está vivo . Su esposa también. Todavía a sus 88 años y con una diabetes y una hipertensión arterial
bien controladas, acompaña y goza de los campeonatos de Pelota Nacional.
Existe un Estadio de la Federación Ecuatoriana de Pelota Nacional.Se llama "Wilson Dalgo Andrade"
En la Mena Dos. De ahí, espero ya no lo moverán.
Cuando su hijo, salió de la consulta con diagnóstico, receta, recuerdos y orgullo , pensé que tengo
suerte de ser médico y no solamente doctor.
Y de tener este tipo de gratificaciones.
Cada uno escoge su Norte. Un abrazo al señor Dalgo.
En algún momento se pensó que este juego podía provenir de la "Pelota Vasca". Pero un cronista
contó que ya existía cuando los españoles llegaron. Es autóctono.
Dalgo.
En 1969, o 70 había que llenar un cupo para profesor de literatura. Yo estaba entre tercero o cuarto curso del Colegio Benalcázar.
Llegó el nuevo maestro, un hombre joven y entusiasta, que nos dió un par de clases. Muy bueno .
Llamaba la atención además su calidez y cercanía con los alumnos. Y una nota resaltaba. Su pasión
por enseñar la materia, pero sobre eso por difundir el juego autóctono de la pelota nacional.
Unos tres compañeros y yo nos interesamos y al día siguiente el señor Dalgo trajo, guantes o tables
con pupos de caucho, que pesaban dos kilos , tres pelotas de 800 gramos, una de caucho, una de fi-
bra y una de viento, más rápida. Los guantes de tabla nos parecían pesadísimos. Pero a nuestro favor
estaba la juventud , las ganas y la curiosidad.
Nos explicó todo. Marco con cal en sus manos una linea de partida que se llama chaza. Es la más
posterior y ahí juega el "torno", que bate la pelota, y la contesta , porque es el más fuerte.
En la mitad , a donde devolvían la pelota se colocaba el medio torno y trazaba dos líneas paralelas
que se llaman trancas. Y más adelante dos extremos. Estos irán intercambiando posiciones en el
transcurso del juego.
Jugamos cuatro tardes , hasta caer la noche.
Después del último juego, nos explicó que había recibido una propuesta del Normal Juan Montalvo,
y que se iba con pena de dejarnos, pero con la alegría de formar profesores.
Nunca lo olvidé. Seguía su inacabable esfuerzo por evitar que se extinguiera el juego.
Le dieron su espacio en La Carolina y se lo quitaron, transladándolo a la parte superior del
Olímpico Atahualpa, que también se la quitaron para hace una pista de patinaje, que también
desapareció para que sea usado como parqueadero de carros.
Escribió dos libros: "Preceptiva de la lengua ecuatoriana" y "Princios del lenguaje nacional." Ambos
publicados en la colección "Pablo Palacio" del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte".
Está vivo . Su esposa también. Todavía a sus 88 años y con una diabetes y una hipertensión arterial
bien controladas, acompaña y goza de los campeonatos de Pelota Nacional.
Existe un Estadio de la Federación Ecuatoriana de Pelota Nacional.Se llama "Wilson Dalgo Andrade"
En la Mena Dos. De ahí, espero ya no lo moverán.
Cuando su hijo, salió de la consulta con diagnóstico, receta, recuerdos y orgullo , pensé que tengo
suerte de ser médico y no solamente doctor.
Y de tener este tipo de gratificaciones.
Cada uno escoge su Norte. Un abrazo al señor Dalgo.
En algún momento se pensó que este juego podía provenir de la "Pelota Vasca". Pero un cronista
contó que ya existía cuando los españoles llegaron. Es autóctono.
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