En pleno jolgorio, los confiados triunfalistas, Lenin entreteniendo a la masa mientras canta a Machado,
Glas, ahora "el mudo", dibujando una sonrisa forzada, Paola Pavón bailando frenética,.
La tarima exultante, las banderas que ondean, en la calle, verde y 35,.
y ¡Zas! Se quemó la televisión. Les sacaron el caramelo de la boca. La boligoma se rompió.
La fiesta fue acallándose.
Como si nunca hubiesen ido al fútbol. El partido se acaba cuando el árbitro da el pitazo final, no
antes. Y como duele! Se refleja en el adusto rostro de Correa. La resaca comienza. Se viene el
tsunami.
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