sábado, 28 de enero de 2017

UNA FINAL LLAMATIVA EN AUSTRALIA

Ver desarrollar cualquier actividad, con alta calidad, no sólo es interesante. Es notable y placentero.

Para quienes, como yo, preferimos que no ganen siempre los mismos, es una satisfacción adicional

ver otros rostros en esta final del Abierto de Australia.

Con el añadido , que son dos maestros, de larga trayectoria, que han conseguido en base de disci-

plina, calidad, perseverancia y experiencia, detener el alud de la juventud, de muchachos que

probablemente llegarán a ser los mejores, pero que en este caso no pudieron superar con la fuerza

de su juventud, la maestría de los veteranos.

Dos grandes, históricos y elegantes jugadores les trazaron la linea  con  su raqueta forjada en mil

batallas. Han conseguido recuperarse de lesiones graves, de heridas de guerra, de tantas guerras,

en realidad. y han demostrado que en este momento de ímpetu vertiginoso, en que todo es tan fugaz,

la calidad, y la experiencia demandan respeto y aun no están para ser descartados.

Es alentador en estos tiempos del "Pret-a-porter" y del "úselo y tírelo" que reclamó Galeano, y que

no siempre el tiempo joven, le falte al tiempo el respeto. Nadal y Federer ya ganaron esta final.

Y dejan una clara señal para los que vienen llegando en tropel. Tendrán que esperar su tiempo.

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