sábado, 8 de octubre de 2016

RECORDANDO

Mi madre era una figura a contraluz , difuminada entonces y más ahora. La recuerdo observando por

la tarde, en la ventana que daba al occidente, con una mirada silente, y una sonrisa misteriosa,mirando el

jardín que había sembrado más de 50 años antes. El tomate de árbol, ahora un  árbol seco, los

duraznos marchitos, los chamburos intactos rodeados por una mata gruesa, viva y verde, y al fondo el

Pichincha iluminándose oblicuo, con el sol de media tarde. Largos los silencios. El humo del

cigarrillo. Cuando me acercaba abría una sonrisa cariñosa, sin decir nada. En que pensaba?

Qué estrella esperaba que despunte en el cielo apagándose?. No lo se. No lo sabré nunca.

Pero después conversaba con ternura, como recordando mi niñez, su juventud, los perros y las

gallinas que ya no estaban. "Está enfriando, entremos". Me decía.

Mi padre veía frente a la luz con los ojos acerados y quietos, tras sus cristales de hipermétrope se

veían más grandes.Cortaba el ensimismamiento, y me besaba cuando yo entraba. Hablaba del

presente con sabia preocupación , que se adquiere con los años. No veía el jardín. Veía el horizonte.

Pensaba con largos y profundos silencios. Pensaba mucho. En que pensaba?

Hoy son recuerdos, recuerdos, besos distantes y amados.



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