jueves, 17 de julio de 2014

MIS AMIGOS MANUELES ; EL QUE VINO DE GANA Y EL QUE SE FUE DE GANA

Entre los años 1976 y 1977 en el curso de mi cuarto de la carrera de Medicina, en la fantástica cátedra de

Semiología y Propedéutica conocí al Dr. Manuel Larenas, y aprendí la diferencia entre lo que es un instruc-

tor, un profesor y un Maestro.Lo primero que nos enseñó y recomendó memorizar fue el bellísimo Juramen-

to de Hipocrates. El antiguo. No el resumen sintético y políticamente correcto adoptado en Ginebra en

1948. Al final del año su ejemplo nos enseñó con su práctica cristalina y cuotidiana, a practicarlo compro-

metidamente. Nos enseñó con su tierna humildad y amabilidad los secretos del interrogatorio, de exploración

física y la lógica de la deducción los variados senderos que podrían llevarnos a la mejor probabilidad  en el

difícil arte del diagnóstico. Hombre de paso quieto, sin altisonancias ni pedante erudición , nos transmitió

la infinita bondad y respeto hacia nuestros congéneres, dolientes. Esa cortesía y esa sencillez le acompaña-

ron como el musical canto del viento leve de los veranos serranos.Siempre. Hasta que un día supe que ha-

bia muerto. Se fue de gana, justo ahora que tanto faltan seres humanos , tan humanos como él.

Por el año 95 atendí a un señor mayor, que estaba enfermo, grave. Me preguntaron los familiares si

dado el estado en que estaba, yo recomendaba que se llamara a su hijo , Manuel Chiriboga Vega,

ilustre y comprometido investigador de las sociedades en el agro, sabio por conocimiento, y modesto

como todos los sabios que en el mundo han sido, ya que entonces trabajaba en Ghana. Yo recomendé que

que lo hicieran. Vino, con su encantadora y brillante esposa , Amarilis. Y compartió los días finales de su

padre en esta tierra. Era un hombre robusto, y dulce, tan amigable que invitaba a la amistad.

Entonces , le dije de broma, que había venido de gana. (Gahna). Y reía con alegría.

En 1997 el inefable presidente Fabián Alarcón, lo invitó a ser Ministro de Agricultura, un cargo que

ahora ocupa su cuñado, el introvertido poeta Javier Ponce. Ese mediodía , el atolondrado (Vaya eufemismo)

Leon Febres Cordero, un León el paz y un cordero en la guerra, en el mejor estilo MaCarthista, y Trumanes

co), paranoico anticomunista, impuso se autoinvestido poder de capataz, prohibió que nombren a ese

comunista. Y Alarcón , obediente, dejó plantado a Manuel y su familia, esperando sin explicación ,por el,

llamémoslo asi , presidente. Nos reímos años , sobre este desplante, que viniendo de Alarcón sonaba a

lisonja, ni por la familia que lo acompañaba, sino porque había tenido que usar terno, al cual era alérgico.

Victima del Cangrejo, soportó con valentía y dignidad, diez años largos de tratamientos heroicos.

Esta semana al entrar en fase terminal, se despidió con elegancia y gallardía, en su columna semanal,

desde la cual nos iluminó , con su palabra exacta, y su actitud valiente y propositiva.

A esperar con la paz interior, el destino inexorable que a todos nos espera.

Se va de gana otro ser humano, de los que tanta falta hacen hoy en día.




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