TRASPIÉ
ENTRE DOS ESTRELLAS
¡Hay gentes
tan desgraciadas que ni siquiera
tienen
cuerpo; cuantitativo el pelo,
baja, en
pulgadas, la genial pesadumbre;
el modo,
arriba;
no me
busques, la muela del olvido,
claros
azotes en sus paladares!
Vanse de su
piel, rascándose el sarcófago en que nacen
y suben por
su muerte de hora en hora
y caen, a lo
largo de su alfabeto gélido, hasta el suelo.
¡Ay de
tanto! ¡ay de tan poco! ¡ay de ellas!
¡Ay en mi
cuarto, oyéndolas con lentes!
¡Ay en mi
tórax, cuando compran trajes!
¡Ay de mi
mugre blanca, en su hez mancomunada!
¡Amadas sean
las orejas sánchez,
amadas las
personas que se sientan,
amado el
desconocido y su señora,
el prójimo
con mangas, cuello y ojos!
¡Amado sea
aquel que tiene chinches,
el que lleva
zapato roto bajo la lluvia,
el que vela
el cadáver de un pan con dos cerillas,
el que se
coge un dedo en una puerta,
el que no
tiene cumpleaños,
el que
perdió su sombra en un incendio,
el animal,
el que parece un loro,
el que parece
un hombre, el pobre rico,
el puro
miserable, el pobre pobre!
¡Amado sea
el que tiene
hambre o sed, pero no tiene
hambre con
qué saciar toda su sed,
ni sed con
qué saciar todas sus hambres!
¡Amado sea
el que trabaja al día, al mes, a la hora, ...
el que suda
de pena o de vergüenza,
aquel que
va, por orden de sus manos, al cinema,
el que paga
con lo que le falta,
el que
duerme de espaldas,
el que ya no
recuerda su niñez;
amado sea el
calvo sin sombrero,
el justo sin
espinas,
el ladrón
sin rosas,
el que lleva
reloj y ha visto a Dios,
el que tiene
un honor y no fallece!
¡Amado sea
el niño, que cae y aún llora
y el hombre
que ha caído y ya no llora!
¡Ay de
tanto! ¡Ay de tan poco! ¡Ay de ellos!
UN HOMBRE
PASA CON UN PAN AL HOMBRO
Un hombre
pasa con un pan al hombro
¿Voy a
escribir, después, sobre mi doble?
Otro se
sienta, ráscase, extrae un piojo de su axila, mátalo
¿Con qué
valor hablar del psicoanálisis?
Otro ha
entrado a mi pecho con un palo en la mano
¿Hablar
luego de Sócrates al médico?
Un cojo pasa
dando el brazo a un niño
¿Voy,
después, a leer a André Breton?
Otro tiembla
de frío, tose, escupe sangre
¿Cabrá
aludir jamás al Yo profundo?
Otro busca
en el fango huesos, cáscaras
¿Cómo
escribir, después, del infinito?
Un albañil
cae de un techo, muere y ya no almuerza
¿Innovar,
luego, el tropo, la metáfora?
Un
comerciante roba un gramo en el peso a un cliente
¿Hablar,
después, de cuarta dimensión?
Un banquero
falsea su balance
¿Con qué
cara llorar en el teatro?
Un paria
duerme con el pie a la espalda
¿Hablar,
después, a nadie de Picasso?
Alguien va
en un entierro sollozando
¿Cómo luego
ingresar a la Academia?
Alguien
limpia un fusil en su cocina
¿Con qué
valor hablar del más allá?
Alguien pasa
contando con sus dedos
¿Cómo hablar
del no yo sin dar un grito?
5 Nov. 1937
"Alguien va en un entierro sollozando
ResponderEliminar¿Cómo luego ingresar a la Academia?"
La infinita vacuidad de la hipocresía cortesana que abruma a tantas mentes brillantes que decurren por la vida mirando sin ver, hablando sin hacer
hermosas poesías!
ResponderEliminarGran poeta Vallejo