El mar se torna
Una obscura multitud
que nos atrae con
sus susurros en la noche
enmarcada
por la bóveda lúgubre
cruzada por los vientos.
Y los llamados que nos llegan
se vienen y se van discretos,
y con cadencia nos invitan
y con paciencia insisten
y con tenacidad nos esperan.
Sentados en la arena,
oímos esa letanía reiterada
y miramos el encaje de las olas
repetirse
Eduardo Larrea 1/08/2004
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