miércoles, 19 de octubre de 2011

ESE RUGIDO NEGRO



El mar se torna
Una obscura multitud
que nos atrae con
sus susurros en la noche
enmarcada
por la bóveda lúgubre
cruzada por los vientos.

Y los llamados que nos llegan
se vienen y se van discretos,
y con cadencia nos invitan
y con paciencia insisten
y con tenacidad nos esperan.

Sentados en la arena,
oímos esa letanía reiterada
y miramos el encaje de las olas
repetirse

                                        Eduardo Larrea 1/08/2004

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