A pesar de que un tímido sol de invierno, va aclarando poco
a poco las nubes toscas
Mi cabeza y mi corazón no encuentran hoy las palabras para describirte,
y para esbozar
Algo que retrate en rasgos breves tu presencia y tu
ausencia.
Hace más de medio siglo,
te vi por vez primera y he sido desde entonces tu prisionero enamorado.
Un seis de junio de 1975, tomé valor, una noche, para
declararte mi amor en el zaguán de tu casa y me dijiste que si, dándome un
beso.
Y compartimos la vida, los estudios, los juegos, las
ilusiones, las venturas y las desventuras que construyen la vida.
Trabajadora incansable y laboriosa, creciste, luchando
siempre por ser mejor.
Te entregaste como esposa, madre, médica sanadora, sabia y
humana para dar todo de ti a los que te necesitamos.
Somos testigos tus hijos y yo, tu familia, tus pacientes,
tus alumnos, tus amigos, de tu capacidad sobrehumana para la entrega
comprometida y para tu trabajo.
Tu honestidad, tu generosa entrega fueron incesantes,
decididos y perseverantes.
Viviste intensamente y te vas de súbito, dejándonos solos.
Y volverás siempre en tus ejemplos, en tu determinación y en
la dulce presencia de cada detalle cuotidiano.
Nos enseñaste a vivir y viviremos.
22 de Marzo de 2025.