lunes, 24 de marzo de 2025

A MARIA, LA MIA, LA VIVA

 Hemos sido testigos privilegiados del paso luminoso de una estrella fugaz.

A pesar de que un tímido sol de invierno, va aclarando poco a poco las nubes toscas

Mi cabeza y mi corazón no encuentran hoy las palabras para describirte, y para esbozar

Algo que retrate en rasgos breves tu presencia y tu ausencia.

Hace más de medio siglo,  te vi por vez primera y he sido desde entonces tu prisionero enamorado.

Un seis de junio de 1975, tomé valor, una noche, para declararte mi amor en el zaguán de tu casa y me dijiste que si, dándome un beso.

Y compartimos la vida, los estudios, los juegos, las ilusiones, las venturas y las desventuras  que construyen la vida.

Trabajadora incansable y laboriosa, creciste, luchando siempre por ser mejor.

Te entregaste como esposa, madre, médica sanadora, sabia y humana para dar todo de ti a los que te necesitamos.

Somos testigos tus hijos y yo, tu familia, tus pacientes, tus alumnos, tus amigos, de tu capacidad sobrehumana para la entrega comprometida y para tu trabajo.

Tu honestidad, tu generosa entrega fueron incesantes, decididos y perseverantes.

Viviste intensamente y te vas de súbito, dejándonos solos.

Y volverás siempre en tus ejemplos, en tu determinación y en la dulce presencia de cada detalle cuotidiano.

Nos enseñaste a vivir y viviremos.



22 de Marzo de 2025.

miércoles, 12 de marzo de 2025

ALFONSINA Y EL MAR


 

SONETO DE LA FIDELIDAD

 

De todo, a mi amor seré atento,

Antes y con tal celo, y siempre y tanto,

Que aun delante del mayor encanto,

De él, se encante más, mi pensamiento.

 

Quiero vivirlo en cada vano momento,

Y en su valor, he de esparcir mi canto,

Y reír mi risa y derramar mi llanto,

a su pesar o a su contentamiento.

 

Y así, cuando más tarde me procure

La muerte, angustia de quien vive,

Quien sabe la soledad, fin de quien ama,

 

Yo pueda decirme del amor que tuve,

Que no sea inmortal, puesto que es llama,

Mas que sea infinito, en cuanto dure.

 

Vinicius de Moraes.

Traducción ELM

jueves, 6 de marzo de 2025

 

DESOLACION

 

Hoy, miércoles 6 de marzo.

Hoy miércoles de ceniza

Me siento desolado.

Se viene una catástrofe,

Un sismo, y yo, estoy en el epicentro.

Una piedra de cuarzo

Una obsidiana precisa

Me ha tocado.

Y mi alma se ha desgarrado.

Me muero con un pecho desangrado.

De la flecha, en la diana,

Soy el centro.

Hoy, por lo menos,

Estoy muerto.



lunes, 3 de marzo de 2025

VIERNES 13

 

Qué pasó,

Por qué pasó?

Cada minuto siento que caigo a un abismo,

Que me lleva a ninguna parte.

Que fue lo que detuvo mi memoria,

Me quitó la palabra,

Me apretó la tráquea,

Por que está la vida echando sal a mis heridas.

Por qué me duele tanto respirar, vivir?

sábado, 22 de febrero de 2025

 Me viene, hay días, una gana ubérrima, política,

de querer, de besar al cariño en sus dos rostros,
y me viene de lejos un querer
demostrativo, otro querer amar, de grado o fuerza,
al que me odia, al que rasga su papel, al muchachito,
a la que llora por el que lloraba,
al rey del vino, al esclavo del agua,
al que ocultóse en su ira,
al que suda, al que pasa, al que sacude su persona en mi alma.
Y quiero, por lo tanto, acomodarle
al que me habla, su trenza; sus cabellos, al soldado;
su luz, al grande; su grandeza, al chico.
Quiero planchar directamente
un pañuelo al que no puede llorar
y, cuando estoy triste o me duele la dicha,
remendar a los niños y a los genios.

Quiero ayudar al bueno a ser su poquillo de malo
y me urge estar sentado
a la diestra del zurdo, y responder al mudo,
tratando de serle útil en
lo que puedo, y también quiero muchísimo
lavarle al cojo el pie,
y ayudarle a dormir al tuerto próximo.

¡Ah querer, éste, el mío, éste, el mundial,
interhumano y parroquial, provecto!
Me viene a pelo,
desde el cimiento, desde la ingle pública,
y, viniendo de lejos, da ganas de besarle
la bufanda al cantor,
y al que sufre, besarle en su sartén,
al sordo, en su rumor craneano, impávido;
al que me da lo que olvidé en mi seno,
en su Dante, en su Chaplin, en sus hombros.

Quiero, para terminar,
cuando estoy al borde célebre de la violencia
o lleno de pecho el corazón, querría



ayudar a reír al que sonríe,
ponerle un pajarillo al malvado en plena nuca,
cuidar a los enfermos enfadándolos,
comprarle al vendedor,
ayudarle a matar al matador —cosa terrible—
y quisiera yo ser bueno conmigo
en todo.