22 de noviembre de 2024
Me he acordado de Manuel Larenas.
Médico y doctor.
Un hombre hecho de ternura y tiempo.
Me enseñó el milagroso secreto de la humildad digna, del
respeto por el otro.
De tratar delicadamente a los enfermos, a los estudiantes,
al prójimo.
Bondad monumental y tímida, que entra y sale de las vidas
sin hacer ruido.
Borges no se equivocó al decir que la derrota tiene una
dignidad que la victoria , por lo general, no ostenta.
Esa misma profundidad humana , que encontré en Arsenio De la
Torre, y Mario Chancay.
Por ese siento que puedo vivir dignamente, y tratar de ser
mejor.