Roque Alberto Guillermo Espinosa Chávez.
Una unción extrema estremeció la vida.
Vida que fue un quehacer infatigable.
Un juego al todo o nada.
Corrió de Oeste a Este en un mágico tren transiberiano,
Una pasión en El Andaluz hurgando en los polvorientos
Documentos de las Cortes de Cartagena de Indias,
Secundado por la sombra de Mejía Lequerica,
Una noche de bohemia, confesiones, absoluciones,
Comulgando en un desayuno del mercado de San Roque,
Aventuras convencidas de trabajo en las alturas de Zumbahua,
Conversando con fantasmas del avión de Area ,en Chucchilán,
Jugando nuestra propia Copa Mundial de Fútbol en 1974,
En la cancha iluminada y alucinada de Tumbaco.
Tu vivir entre estudios y conversaciones con rabietas
encabritadas
Y una lealtad inquebrantable , confirmada para con tus
amigos,
De humor finísimo, al fin bautizaste a la muerte un viernes
de Abril.
Eres y serás una figura transparente para todos.
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