Nos llevó en la adolescencia a ver a Aretha Franklin, cantando “ Respect”, en Caracas.
Nos respetaba el cabello largo, y entendía
esa etapa con gracia y cariño.
Fue la última de su leva.
Falleció a los 96 años. Obligados a cerrar
una etapa, a juro, y con un dolor infinito en el alma.
Ayer montando a su Rocinante, le falló la
máquina a ese caballero templario, como ya no hay, Gonzalo Gordillo. Muerte
súbita combatiendo los molinos de viento.
Don Quijote ha muerto y no hay quien le
suceda.
Me consuela que estará en la infinita arcadia
del no ser, donde no hay contrariedades, ni dolores y donde su equipo, el Aucas
es el campeón reinante, sempiternamente.
Me duele la orfandad de su familia y su
ausencia me trae un sinsentido a la cabeza.
Hoy operaron por tercera vez a mi amigo
Alvaro. Hasta aquí va bien. Pero que andanada de golpes.
La vida sigue, pero más vacía. Todavía hay
deberes.,
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