domingo, 15 de julio de 2018

DIAS DE RADIO

Desde que transité mi niñez, tan aficionado al fútbol doméstico, a la magia de ese ejercicio semi

profesional, con una televisión incipiente donde ya podía verse "Ronda deportivo" los domingos

de tarde, pero sobre todo en Radio Quito, me acompañó la noticia viva del fútbol con "Cóndor,

voces y oídos del deporte" al mediodía con Pancho Moreno (Alfonso Laso Bermeo) Blasco Moscoso

Cuesta, al medidía. Las transmisiones de los demingos desde las 9:15 horas con esas voces, la

apasionada relatora, parcializada voz de Pancho Moreno , que contrastaba con el comentario sesudo 

pausado de Blasco Moscoso Cuesta, con el Doctor Jaime Naranjo Rodríguez con su meliflua voz de

acento colombo-ecuatoriano en los "Numeritos" y la infaltable "Voz comercial¨" de Edison Vargas

Acosta auspiciando a "Traguito y Gallito, para quitarle la pena o alegrarle la fiesta, un par a todo dar"

para culminar el domingo por la noche, deberes hechos, carril listo, y uniforme planchado,

mitigaba la angustia y desazón de la noche dominical preescolar.

Gran tipo Alfonso Laso, sobrino de Eduardo Laso, compañero de empresas patrióticas de mi

padre, cuando la empresa era servir a la Patria, y no servirse de ella.

Tempranamente huérfano, cuidado por su madre y el cariño paternal de un tío Bermeo.

Campeón de Ping pong de Pichincha, estudiante de Ingeniería civil, pero apasionado por

el deporte, escribía ocultándose de la familia que no veía con buenos ojos esa aventura descabellada

para la época, bajo el pseudónimo de Pancho Moreno, abandonando la carrera universitaria para

convertirse en pionero e ícono del periodismo deportivo.

Casado con Madalena Ayala, padre de Julio, Alfonso, Magdalena y Margarita, fiel servidor de

laciudad, de la que llegó a ser vice alcalde.

Bonadoso, simpático, querido, honesto y honorable, deportista amateur del tennis, ciudadano

muy querido murió el viernes a sus 89 años. Apasionado por el tango y por la Liga.

Deja una herncia de cordialidad y alegría , pero se lleva parte de mi infancia y juventud.

Una mala noticia: Nos dejó.

Una buena:  en el cielo hay fútbol:lo ralatará acompañado de los comentarios de Blasco Moscos que

ya lo estaba esperando.

Hasta pronto, Alfonsito.






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