Falleció en EEUU D. A. Henderson, médico salubrista incansable. Un hombre que dio pasos
trascendentales para la humanidad. Un médico que tal vez, comenzando por mi, no conocía que ,
ni en en que trabajaba ni que hizo. Desde joven, su entusiasmo, su sencillez y su incansable
espíritu de lucha, lo llevaron a erradicar la viruela, enfermedad mortal y deformante cuando no
mataba. Las pápulas y sus cicatrices marcaban centrífugamente el cuerpo de los enfermos.
Es decir, el sobreviviente quedaba marcado en la cara y las manos.
El último caso se reportó en Somalia en 1977. Se murió a sus 87 años, después de trabajar toda
su vida sin aspirar a fama ni fortuna.
Pero el ser humano es el ser humano. A raíz de las falsas pruebas que permitieron a Bush afirmar que
Sadam Barack Hussein, tenía armas biológicas, afirmación que no era verdadera, y continuó esta
tercera guerra mundial , "primaveral" y diferente y cruelmente larga, se descubrió que Rusia y EEUU
tenían por lo menos 100000 dosis de virus cada una, para caso de guerra biológica.
Así es la vida.
Existen Hendersons, Bushes y Putines. No merecemos otros cien años de soledad en esta tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario