No se trata de los 400 golpes de efecto que hemos recibido en 400 sábados de "Rendición de Cuentas", del ejecutivo. Ciertamente no se han rendido cuentas de nada. Ni de cuanto cuesta cada una, ni cuanto pagan a los asistentes, ni de cuanto tenemos, ni de cuanto debemos, ni de si estamos financiados, ni de en cuanto estamos desfinanciados, ni de que medidas contingentes se tomarían
en caso de una necesidad, como la caída del precio del petroleo, ni a que ecuatorianos represanta el voto que da la venia a a la cruenta y salvaje dinastía que representa a un grupo minoritario de la población en Corea del Norte , en detrimento de la falta de libertad, el hambre, la pobreza extrema
de un pueblo sometido por el terror y perseguido por un régimen anacrónico,ni que será de Pedro Delgado,
ni cuanto cuesta mantener el Telégrafo, El Ciudadano, ni que será del inefable Galo Mora, ni de quien está en plena campaña sucia contra Miguel Alvear y Mariana Andrade, trabajadores en el Departamento de Cultura Del Ilustre Municipio de Quito (oposición), ni de como Avanza la Retroexcavadora de Ramiro Gonzalez. Eso es pedir peras al Olmo. Eso es una Novela vaga, ( una tragicomedia negra, adornada por segmentos de burla irrespetuosa en la esparada y sabrosa parte de
La babosada de la Semana, de la Canallada de la Semana, o la Cantinflada de la semana, esperado segmento saleroso de las aburridas propagandas y autopanegíricos de los sábados, casi siempre animadas por nuestro líder Tico-Tico).
Se trata de la Nouvelle Vague, (Nueva Ola) del cine frances, en uno de los principales disparos de arranque, en 1959, el primer Largo Metraje de Fracoise Truffaut cuando tenía 27 años.
Esa obra de arte cuotidiano y certero que represente la vida y los cuatrocientos golpes que le
asesta al protagonista, un Alter Ego del propio Director, en esa licuadora que es la adolescencia, del desamor de su madre, de la ausencia de su padre, y de su paulatina marginación y pérdida de autoestima, en una sociedad rígida que no lo cobija. Ya conocemos la tendencia verticalazada y poco empática de la Eduacación Francesa.
Sin embargo, tiene un emotivo final, cuando huyendo del reformatorio, la cámara lo captura con la cara inocente del púber aún tierno, huyendo junto al mar en esa búsqueda que todos sentimos con respecto a la expectativa que nos ofrece el futuro, y la esperanza y amor que deseamos por la libertad
y el ancho mundo. Hubo pasado, y el presente camina hacia el futuro.
La película fue filmada en blanco y negro, no en verde pays
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