Este era un señor de clase media media, que trabajaba más como un funcionario de carrera, que como un burócrata habituado. De mandos medios, centrado y tranquilo.
Ni rico ni pobre, no le sobraba ni le faltaba nada.
Un día ,cosa inusual, le mandaron al exterior por una tarea del trabajo.
Tenía seis hijos. Gran revuelo en la casa, noveleros y entusiasmados, por el dichoso viaje, cosa que el tomaba en cambio, más como otra responsibilidad de la oficina, y no como de placer o de turismo.
Cuando se disponía a salir al campo de aviación, reunió a sus hijos, los puso en una linea , y les preguntó que quería, que les trajese.(En esa época , no se llamaba aeropuerto)
El mayor , pidió un tren eléctrico. La segunda una gran casa de muñecas, el tercero una bicicleta, el cuarto una filmadora de 8 milímetros y la quinta, que compartía los gustos de su hermano, un proyector y una pantalla.
El padre tomaba nota en una libretita. Cuando le tocó al más chico de sus niños. Le dijo: y tu, que quieres que te traiga?. El niño le miró y le dijo: Un pito.
Los abrazó a todos uno por uno, y se despidió cariñosamente de su esposa, pues ya afuera le esperaba el carro de plaza (entonces no se llamaban taxis).
Abrazó nuevamente a cada uno de sus hijos, y cuando abrazó al menor, le dijo, en tono tranquilo,
"Tú pitarás."
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