Ayer, cinco de mayo del 2024, falleció a los 85 años , César Luis Menotti.
Se murió nomás a los 85 años , en Argentina, "el flaco" Menotti.
Fue el entrenador que llevó por primera vez a obtener una copa del mundo,
a su país , en el peor momento de la historia. La dictadura genocida de Videla,
y compañía. 1978. Cuando los gritos de la muchedumbre en el Monumental
de River, cubrían los gritos desgarradores de los torturados de la ESMA.
Nació en Noviembre del treinta y ocho en Rosario.
Su padre ,fumador empedernido al igual que su hijo, falleció en 1955 con cáncer
de pulmón, y el comenzó a jugar al fútbol.
Se hizo profesional a los 22 años en Rosario Central., pasando a jugar en Boca,
Racing y Santos de Brasil.
Entre el 73 y 74 dirigió y sacó campeón nacional a Huracán, el globito de Parque
Patricios, convirtiendo esa constelación en un elegante reloj de fútbol.
Arquero era el "Chocolate" Baley, un morocho, y teniendo al "Inglés" Carlos Babington,
a Brindisi, a Orlando René Houseman en la delantera, entre otros, brillaron. Eso llevó
a Menotti a ser llamado a dirigir a la Sección Nacional.
Alto,melenudo, elegantemente desgarbado, fumador de entre 40 y 60 cigarrillos al día,
parecía una versión beat de Daniel Viglietti.
Hombre de luces y sombres ( Qué ser humano, no lo es? ).
Afiliado al PC fue flexible con la dictadura, para que no se estropearan las reacciones
comerciales con la URSS, al mismo tiempo manifestaba y demandaba que se aclare
el destino de los desaparecidos.
Un romántico del fútbol de buen toque y ofensivo ,tenía el extraño hábito de la ausencia
de la sonrisa, no se diga de la risa.
Lacoste, uno de los genocidas, era admirador del "Beto" Alonso. Y presionó para convocarlo,
lo que determinó la desafectación de Diego Maradona. Error.
Se desquitaría el año siguiente con el mundial juvenil de Japón donde Maradona brilló y
Díaz goleó. Acierto.
En fin, una flebitis ,se sumó a su anemia y pudo liberarse de la etapa senil, digno, rodeado
de los suyos.
Bien por él. Mal por mi. Porque siento que entonces yo tenía 40 años menos, y gozaba
con El Gráfico, y con el fútbol. Como diría Dávila Andrade ,tenía entonces un
bellisímo mal, del que poco me queda.
El tiempo y la vida me han dado otro portazo en la cara,
Asi nomás es, nos toca tener paciencia y barajar de nuevo.