viernes, 22 de septiembre de 2017

...Y EN ECUADOR TAMBIÉN.


NO EXISTE PECADO AL SUR DEL ECUADOR

Nací en el 22 de septiembre de 1955 en NewYork, Estados Unidos, pero a los seis meses ya vivía en

la Imbabura, en el centro de Quito. Mi primer recuerdo es en la casa del final occidental de una

Orellana, empedrada , que acaba en una cuchara, al lado del Dr. Hugo Cevallos, que años después,

sería mi profesor de Estadística en Medicina, en la Universidad Central. Comíamos pan con plátano

sentados en unas gradas de cemento cemicirculares con mi hermano mellizo.

Ahora , que cumplo 62 años, sigo con suerte. Hoy estuve con mi hermano. Mi mujer me dio un

beso cariñoso, y mis hijos fueron a comprarme papas con atún. Haremos la ensalada que más me

gusta. Mientras escribo esto, pienso en la vida buena que tengo. mi perrita duerme a mis pies.

Y a veces salimos a pasear en el parque, de noche, huyendo de los rayos ultravioletas y bañados de

lluvias de estrellas. Tengo mis buenos amigos, y me acompaña una fiel memoria, que no está

atravesada por el rencor o el resentimiento. Con salud, y paz paso mis días. En unos llueve y en

otros hace sol. Y la vida seguirá . Conmigo o sinmigo. Como dijo Herminio Iglesias, antes de

perder aquellas elecciones que lo confinarían al olvido.


domingo, 10 de septiembre de 2017

EL GRADUADO

Plastics! That's the future ! Expresaba con entusiasmo el vecino, el Sr. Robinson. Mientras la Señora

Robinson, (Anne Bacrofft, la apetecida madre de Katherine Ross, era en la vida real, apenas, 6 años

mayor que Dustin Hoffman). El film se realizó el 67 o 68. Y aunque tiene una serie de escenas

cómicas, y podría pasar por una buena comedia light, con inmejorable música de Simon and

Garfunkel, es en realidad un profundo y angustiante viaje a la incertidumbre de quedarte en el

paso intermedio.

Mi hijo menor se graduó el viernes de médico. Cómo dijera Hall, en el "Quiteño Libre", y con la mo-

dificación debida. "Último día de sacrificio, y primero de lo mismo".

Hijo mío. Que el sufrimiento no apague tu risa, que la costumbre no  te aisle con armaduras.

Lleva tu mente lúcida, y tu corazón para ejercer esa vocación. Y no te olvides del sentido del

humor, porque,  y eso yo lo se , a ti te tocó la humilde grandeza de los buenos, y no la soberbia

de los bobos, de los fatuos.  Al fin y al cabo, más que un doctor eres un médico!